La cosa política
11 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?raspasado el ecuador de la campaña, el público elector dispone ya de un regusto sobre cada candidato y sus respectivas formaciones que poder paladear antes de decidir su voto. Cabe destacar, por ejemplo, la tibia arrancada de los populares en pos de una quinta victoria para Manuel Fraga . En Vilagarcía se foguea Marta Rodríguez Arias , candidata con plaza segura en Santiago, por detrás de Cuíña, como número seis. La todavía concejala recibió a mediados de semana el respaldo de Loyola de Palacio, en un acto dirigido específicamente a las mujeres. El asunto se desarrolló en el Hotel Castelao con una entrada muy aceptable: alrededor de setenta mujeres y cuatro hombres, que no quisieron perderse la charla. Hubo, eso sí, un dato para la reflexión: apenas una docena de las asistentes bajaban de los cincuenta años. El factor edad introdujo cierta distorsión en el mensaje previsto. Marta se defendió bien. Quienes han asistido a sus intervenciones, incluso contrincantes, tienen la impresión de que hay en ella el germen de un prometedor futuro político. Pero el encargo era ingrato: ametrallar a un grupo de mujeres con datos fríos, casi enciclopédicos, sobre igualdad, inserción laboral y otras materias más cercanas a los intereses vitales de sus hijas o sus nietas que a los suyos propios. Ni siquiera Loyola pudo levantar el tono de la sesión. De la sorprendente frialdad con la que el PPdeG parece haber afrontado la primera semana de campaña dan fe las reflexiones de una destacada militante, con décadas de experiencia a sus espaldas y excelentes conexiones con la cúpula del partido: «Aquí, en Vilagarcía, no sé qué pasa. El otro día abro el buzón y me encuentro con un montón de propaganda electoral. ¡Pero ni una sola del PP! Así no hay forma de hacer campaña. Tres días después, pasó lo mismo, el buzón lleno, pero de nuestro partido nada de nada». Al parecer, el problema radica en que el aparato de Pontevedra no ha estado demasiado ágil a la hora de nutrir a las distintas agrupaciones de material. Los populares, sin embargo, remontaron la apatía con el baño de masas del viernes en A Pescadería. Pudieron haber llenado perfectamente el auditorio. Pero una cosa es completar correctamente el aforo y otra dar una imagen de plaza abarrotada y desbordante. Hasta Xosé Cuíña , cuya intervención no estaba prevista, calentó el ambiente con su discurso filonacionalista. Subidón de moral para los conservadores. La campaña de Nené Cuidado, no obstante, porque la vertiente tradicionalmente alineada con la boina, y ahora apartada de la disciplina popular, puede dar disgustos serios. Por ejemplo en Ribadumia, donde la gente de Nené Barral no olvida la forma en la que fue apartado de la alcaldía y está dispuesta a hacer campaña contra el PP, como ya sucedió en las generales del año pasado. «Xogámonos moito», reconoce un independiente. Para ir abriendo boca, el ex regidor presenta una moción de censura a una semana de las elecciones. Ojo a los resultados en este concello, porque en el 2004 los populares cayeron once puntos (desde el 62,1% al 50,4%) con respecto al 2000, cuando Nené era alcalde y la cosechadora electoral ribadumiense iba como un tiro. Mecidos por las encuestas, los socialistas viven con entusiasmo la posibilidad de desbancar a Fraga. El jueves llenaron una plaza clásica del PP de O Salnés, como el auditorio de A Xuventude, con Modesto Pose , Domingo Tabuyo y el portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba como oradores. Tanto es así, que Pose, al ver allí tanto personal, hasta medio millar de personas, dio por enterrados los tiempos en los que «case había que vir aquí dar os mitins agachados» y proclamar: «Que se prepare Tourís, somos máis». Los patinazos dialécticos del barón ourensano José Luis Balta r, están siendo bien exprimidos por el PSOE y el BNG. El que más, la idea de marcarle un numéro de papeletas a cada alcalde, con la misión de «roubar os votos» si hiciese falta, que Rubalcaba machacó una y otra vez. Por lo pronto, Emilio Pérez Touriño sí se atreve con el auditorio de Vilagarcía y sus más de setecientas plazas. «Ou galiña ou polo» «É o candidato máis novo e o máis guapo de todos». Lo dice una peixeira, el martes, en el mercado de Vilagarcía, día escogido por el BNG para repartir propaganda y bajar a pie de calle. La efigie de Anxo Quintana propicia un debate en la plaza entre quienes creen que «xa cansa tanto tempo no sillón e hai que saber deixar paso» y quienes opinan que «a galiña vella fai o caldo bo, e o polo só serve para poñelo á braxa». Ya en el mitin, el miércoles, también en A Pescadería, Quintana demuestra que ha pulido un discurso populista. Pero eso no impide las comparaciones en la primera cita con las urnas en la que Xosé Manuel Beiras no toma la palabra. Hay quienes salen satisfechos, considerando que el candidato es capaz de remontar y llegar a más gente que Beiras, sin levantar ni amores entregados ni odios enconados. De otro lado están quienes echan en falta la oratoria profunda del catedrático, convencidos de que, ésta sí, habría sido su campaña. La del Bloque es una de las mayores incógnitas de estas elecciones. Eso sí, aunque lejos de la cabeza de la lista, Roberto Fernández Lores se enfrenta mejor a un micro que la propia número uno. Cuestión de rodaje. Mientras, Juan Fajardo busca el milagro para EU como dijo, en la base. Fue el único político que participó en la concentración de Lantero.