La representación sindical espera que la venta a Garavilla no implique cambios
04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Una vez que se ha confirmado la compra de las fábricas de la familia Pita en Vilaxoán (Vilagarcía) y en Cabo de Cruz (Boiro), la plantilla espera ansiosa noticias sobre su futuro. Por el momento, desde el sindicato Comisiones Obreras han decidido dar unos días de margen, pero esperan celebrar la semana que viene una reunión con los compradores de la conservera.
Desde esa organización Fernando Ramos decía ayer que ya han tenido dos contactos con los vendedores. En esas reuniones se les habría dicho que la venta era con personal y con condiciones iguales. De todos modos, Ramos reconoce que existe cierta preocupación entre la plantilla, inquietud que considera «lógica en una empresa familiar que nunca tuvo cambios».
Con todo, los antiguos gestores les aseguraron que los cambios serían los mínimos, y el sindicato confía en que así sea, porque «la venta no va asociada a problemas en la fábrica, sino a que los anteriores propietarios quieren vender y Garavilla compra». La nueva firma adquiere Cuca, opina Ramos, porque «son marcas de calidad -Cuca y Massó- y a un precio razonable» y, en este aspecto, «se supone que Garavilla no va a tomar ninguna decisión perjudicial». Tanto es así que, a falta de confirmación, creen que no va a haber cambios ni siquiera en la dirección de Cuca. Tampoco en Cabo de Cruz, una fábrica especializada en sardina, se esperan variaciones.
De todos modos, todos estos detalles quieren abordarlos en una reunión que esperan mantener en pocos días.
Las dos factorías que vende Pita Hermanos, la de Vilaxoán y la de Cabo de Cruz, dan trabajo a 150 personas, algo más de cien en Vilaxoán y sobre cuarenta en la fábrica boirense. En la planta vilagarciana todo el personal es fijo continuo, salvo cinco trabajadoras que son fijas discontinuas. Además, trabajan aquí sobre medio centenar de operarias eventuales que no tienen contrato como fijas discontinuas pero a las que siempre se llamaba cuando había carga de trabajo. Mientras, en Cabo de Cruz todo el personal es fijo discontinuo. Toda esta casuística quiere abordarse con los nuevos propietarios de Cuca.
Conservas Garavilla anunciaba anteayer la compra del cien por cien de la compañía Conservas Cuca, una operación que, según los compradores, les coloca como «un nuevo grupo líder en el sector de las conservas de pescado a nivel nacional, tanto en la categoría de productos tradicionales ?atún, mejillones, sardinas- como en la emergente de ensaladas y platos de pescado preparados». El grupo suma a sus marcas Garavilla e Isabel las de alta gama Cuca y Massó.
Fuentes de la empresa señalaron que la operación se había materializado en torno a los diez millones de euros, lejos de los 25 millones que habían trascendido cuando las negociaciones salieron a la luz. Entre los motivos que condujeron a la venta fueron decisivas las diferencias surgidas en la tercera generación de la familia Pita con respecto a la gestión de la conservera, pues una parte de la familia apostaba por la modernización de sus productos y marcas.