Ravella mantendrá el uso industrial de la planta para evitar la especulación
27 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.No fue un debate de guante blanco, pero no le faltó demasiado y, en honor a la verdad, el punto incisivo que Esquerda Unida puso sobre la mesa estuvo bien traído, por lo que pueda pasar. Lo importante es que la declaración unánime a favor del mantenimiento de la actividad y el empleo en Conservas Cuca, en Vilaxoán, en Vilagarcía, no necesitó de esfuerzo alguno. Bastó un breve intercambio de palabras entre los cuatro portavoces para cerrar el acuerdo.
El alcalde, Tomás Fole, fue el encargado de presentar la cuestión y cerrar las filas de la corporación municipal en torno a las trabajadoras, sin fisuras. Lo que el pleno le reclama a Garavilla es que mantenga y garantice el empleo en la factoría de Vilaxoán, dando continuidad a la imagen y marca de calidad que constituye Cuca. Que estudie la posibilidad de incrementar la producción en la histórica planta vilagarciana, con su plantilla dispuesta a organizar sus turnos en función de esta perspectiva. Y, en definitiva, abrir un período de tres meses para valorar, «xunto cos traballadores», el futuro de la fábrica.
Como aviso a navegantes, y teniendo en cuenta que el grupo vasco financió hace once años sus instalaciones centrales de Mundaca (Vizcaya) a costa de convertir en una zona residencial la parcela que desde 1916 ocupaba en Bermeo su planta matriz, los responsables de Garavilla pueden tener claro que el uso de los casi 25.000 metros cuadrados de superficie que poseen en Vilaxoán mantendrán su uso industrial. «Para evitar -definió Fole- calquera especulación cos terreos».
La primera voz en responder fue la de Juan Fajardo. El líder de EU anunció su respaldo a la iniciativa. No por ello dejó de insistir a las trabajadoras, que llenaban el salón de plenos, en la necesidad de ir más allá e impulsar una movilización masiva: «Pódese e débese facer, a declaración serve pero hai que mobilizar este concello en masa para impedir o traslado». Si es necesario, concluyó, forzando a la Xunta a expropiar las instalaciones y asumir la producción.
Helena Mariño, que tomó la palabra por el BNG, reforzó la idea de un frente común «para loitar por Cuca». Y la socialista Tania García cerró el turno de forma elegante, agradeciendo a Fole que, tras un tibio inicio haya tomado las riendas de la defensa de una empresa esencial.
EU llama a la plantilla a ir más allá e impulsar una masiva movilización