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El vilagarciano es el responsable del festival de cine fantástico de Madrid
12 oct 2014 . Actualizado a las 04:48 h.De rebuscar en lo fondos del videoclub Estévez a tomar el té en la casa de Christopher Lee. El viaje de Luis Miguel Rosales (Vilagarcía, 1975) es tan fantástico como el género que idolatra. Estos días anda por Sitges, donde se celebra uno de los festivales más importantes del mundo. Él está allí trabajando para la revista Scifiworld, una de las grandes referencias y no solo en España.
-Me interesa ese trayecto Vilagarcía-Sitges. ¿Cómo comienza todo?
-Es una afición que nace cuando era muy pequeño, muy joven. Recuerdo las películas de dos rombos en la televisión. Me acuerdo de haberme puesto enfermo después de ver Cromwell, el rey de los bárbaros. Se parecía a Conan, que era un personaje que me apasionaba, y recuerdo haber ido a verla al cine Fantasio y después a mi madre echándole la bronca a mi hermana por haberme llevado a verla. Era para mayores de 18 años y yo tenía 6 o algo así. La película era muy fuerte pero la recuerdo con mucho cariño.
-Supongo que a partir de ahí la afición iría creciendo poco a poco. ¿Cuándo se plantea, de verdad, que quiere dedicarse al mundo de la ciencia ficción?
-Creo que siempre ha estado ahí. En 1989, por ejemplo, me hicieron una entrevista en La Voz de Galicia cuando creamos un grupo de rol y de literatura fantásitica. Editábamos también un fanzine. Hubo un momento en que esa afición se pudo convertir en un modo de vida, muy difícil, pero que ahí está.
-Seguimos paso a paso en ese viaje. Del fanzine, poco a poco, a cosas más serias...
-Después del fanzine, me aficioné aún más a las películas. Me convertí en un devorador de videoclubes. Me pateé todos: desde el Vilagarcía hasta el Estévez, pasando por el Hellman, el Don José que estaba en As Pistas... intentando ver todas las películas que podía. Luego, intercambiando con gente de otros puntos de España. Hubo una etapa en la que hice también mis pinitos con la música, relacionándome siempre con el mundilo cultural.
-Hablaba antes de su madre. Cuando en casa plantea que quiere vivir de esto, ¿cuál fue la reacción?
-Ojo. Nunca planteé en casa lo de dedicarme al cine. Vino después. Lo que hice fue dedicarme al mundo del diseño gráfico y la publicidad. En 2005 se concretó la idea de hacer una revista, en aquel momento digital, y retomar esa idea romántica de hacer una publicación con las películas que a ti te gustan. Y lo hicimos en Internet. Lo que no esperábamos es que tuviera tanta repercusión. El primer número, por ejemplo, tuvo en un mes 60.000 descargas. Sobrepasaba todas nuestros expectativas. Tres números después nos llegó un correo electrónico del canal de televisión Calle 13 para que empezarámos a hacer la revista de su canal Scify y estuvimos durante dos años trabajando para ellos. Cuando, por directrices de la compañía, nos trataron de imponer contenidos y como somos bastante rebeldes, pues dijimos que no y nos fuimos de Scify y surgió la oportunidad de publicar Scifiworld en papel con una editorial de Santiago.
-¿Cómo es posible que ese producto se haga en Vilagarcía?
-Parecía más difícil de lo que es. Hoy en día puedes tener información de lo que está sucediendo al otro lado del globo en segundos y eso nos posibilita poder hacer una revista de tirada nacional desde Vilagarcía.
-¿Cuál es su diagnóstico del genero fantástico?
-El género pasa por etapas. Hay momentos en los que está más flojo, pero la realidad es que siempre ha dominado la taquilla. El ránking de las películas más taquilleras de la historia está prácticamente copado por producciones del género fantástico. Ahora mismo se está produciendo un cambio de sistema. Hay nuevos formas de ver, de consumir y de explotar ese cine. La industria no sabe hacia dónde va a caminar pero está reaccionando mucho antes que la discográfica, que prácticamente se ha perdido. Está apostando por las nuevas tecnologías. De hecho, en Nocturna hemos pasado una película transmedia, en la que interactúas con ella.
-¿Y en España?
-Vivimos un gran momento. Tenemos directores como (Juan Antonio) Bayona y también grandes talentos que empiezan a trabajar mucho fuera porque la crisis no nos permite afrontar ciertos proyectos que es necesario hacer fuera.
-Dice que la gente sigue yendo a ver esas películas. ¿No estamos aún curados de espantos?
-Es curioso ver la reacción de la gente a películas que a nosotros nos aterraron de jóvenes y que ahora a lo mejor producen risa. Hace poco asistí a un pase de El Exorcista y alucinaba. Es verdad que cada vez estamos más inmunizados por culpa de la televisión, de los medios de comunicación. Es muy fácil ver en un informativo cualquier atrocidad y ni te inmutas. A la hora de llevar el terror a la ficción es muy difícil. Tienes que ser demasiado atroz para espantar a alguien. Aunque asustar es más fácil de lo que parece. La prueba la tienes con Expediente Warren, una de las películas de terror más taquilleras de la historia, y que tiene una forma de asustar al espectador en la que emplea una fórmula típica de las producciones de los años setenta u ochenta.
-Y a veces la realidad supera a la ficción. Ahí tenemos lo que está sucediendo con el ébola...
-Evidentemente. Parece sacado de Rec o de Contagio. Es una situación tan irreal. Y en lo que denomimanos como el primer mundo...
luis miguel rosales director de la revista «scifiworld»