La intervención de los bomberos y el grupo de emergencias evitó un auténtico desastre
22 sep 2019 . Actualizado a las 18:39 h.Imaginen un puñado de metros cuadrados en los que se almacenan electrodomésticos, plásticos, neumáticos, papel y cartón, vidrio, muebles viejos, aceites y, en general, residuos de todo tipo y condición. Piensen ahora en lo que podría suceder si algún energúmeno se introdujese en un espacio así para encender un fuego y echar a correr. Esto es exactamente lo que ocurrió esta mañana en el punto limpio de Valga. Un área municipal en la que los vecinos pueden depositar todo tipo de desechos para su gestión y, de ser el caso, su reciclaje. Alguien saltó la valla del recinto y trató de arrasar con fuego las instalaciones. Corrían las doce del mediodía y solo la rápida intervención del Grupo de Emerxencias Supramunicipal y de los bomberos del consorcio provincial de Pontevedra evitó que en el pequeño municipio arousano se desatase un verdadero desastre.
«Se o lume chega a saltar aí atrás —indicaba un operario municipal sobre el terreno, señalando los sacos que se acumulan bajo una cubierta— aquí podería pasar calquera cousa». De hecho, lo que alertó a los servicios de emergencias fue el denso y negro humo que comenzó a brotar del punto limpio, visible por cualquiera que se hallase en la parroquia de Campaña.
«A verdade é que temiamos o peor, pero puidemos contelo e impedir que fose cara os colchóns e a madeira ata que os bombeiros chegaron para sufocalo e poñelo todo baixo control», explicaba un miembro del GES mientras los equipos de extinción acababan con los últimos rescoldos.
En cuanto al origen del incendio, no parece que el azar haya tenido nada que ver. «Fixádevos no sitio que ardeu, aí non hai nin sequera tendido eléctrico que puidese facer un corto circuíto», razonan los trabajadores municipales. Nadie duda de que la mano de algún tipo con muy mala idea está detrás del siniestro. El punto limpio no funciona los domingos y es fácil aprovechar un momento en el que nadie esté a la vista para introducirse en él. Si quien lo haga tiene ganas de montarla, el resultado perfectamente puede ser este. Lo que se calcinó fue una especie de caseta en la que se guardaban electrodomésticos. Los aparatos resultaron destruidos, pero al menos las llamas no pudieron salir de allí. Esta vez, por un pelo.