Advierte de que la situación ambiental «es muy grave», si bien se puede revertir: «Tenemos que hacer las cosas bien»
07 nov 2019 . Actualizado a las 22:26 h.Considerado como uno de los mejores camarógrafos y fotógrafos del mundo, el biólogo marino y explorador de National Geographic Manu San Félix estuvo ayer en el colegio O Piñeiriño, en Vilagarcía, de mano de Ferrovial. Allí trasladó a los niños la urgencia de cuidar nuestros mares. «Y ellos lo entienden perfectamente: para que haya peces, hay que dejar que se reproduzcan».
-¿Es tan grave la situación de nuestros mares?
-Es muy grave, sí. Es como si me hago una analítica y el médico me dice que tengo el colesterol por las nubes y si no te pones las pilas puedes tener un episodio cardíaco. Tenemos muchas señales, tanto a nivel de clima como a nivel marino, de una situación alarmante. Subida de temperaturas, especies que están desapareciendo, stock de pesca agotado, contaminación... Lo importante es asumirlo, sobre todo, con la mentalidad de que podemos darle la vuelta a la situación. Como en el caso del médico que te dice que si te pones a dieta, el colesterol lo solucionas. Tenemos que hacer las cosas bien.
-¿Y cuál es el problema?
-Hay que cambiar y eso es lo que más le cuesta siempre al ser humano. Esperando para que suceda un cambio pasan años y años. Esto es lo más peligroso. Sin ser apocalíptico, hay que ser sinceros y asumir que la situación es grave.
-No obstante, por sus palabras, ¿aún hay esperanza de que la situación se revierta?
-No solo esperanza, es que hay solución. A veces, la esperanza es lo que te queda cuando ni te queda solución, pero es que las hay y las tenemos en nuestra mano. Estos días se ha conocido un nuevo informe firmado por once mil científicos de todo el planeta. Es un clamor de todos los que estamos trabajando en la ciencia. Y no lo hacemos por causar desasosiego o generar pesimismo. Al revés, lo decimos porque es algo real, tenemos un problema, podemos solucionarlo. Eso sí, nos tenemos que poner ya.
-En Arousa, el sector pesquero detecta que el mar «no da como antes» y está tomando medidas para corregir esa situación. No será una moda...
-No, claro que no. Muchas de las reservas marinas que hay en el mundo parten de lempeos pescadores. Ellos son los primeros que saben que no se pesca lo que se pescaba antes, y hay mucha gente del sector preocupada y dispuesta a tomar medidas para corregir la situación y garantizar que la actividad tiene futuro. Y más aquí, donde el mar no solo es economía, también es cultura, es una forma de vida... El mar nos ha dado mucho y es hora de empezar a devolverle algo para tener futuro.
-¿Quizás por ello es tan importante la concienciación?
-Soy de los que piensan que la verdadera solución a los problemas está en la educación. Si en una situación utópica educásemos a todos los niños del mundo en estos problemas, en veinte, veinticinco años, prácticamente habrían desaparecido. Las cosas que se enseñan, si son reales y con sentido común, las aprendemos. Es lo que hace evolucionar a la sociedad. Es importantísimo dirigirse a los más jóvenes. Es algo agradecido. Lo que transmites, cala. Tengo 55 años y hacer cambiar a alguien de 50 es difícil, pero, a través de sus hijos, es más fácil. Se da la paradoja de que los hijos educan a los padres.
-Hablando de educación, ¿qué siente cuando escucha que insultan a Greta Thunberg?
-Ante los insultos en general me siento mal. Vivimos en un momento en el que se insulta con facilidad en todos los ambientes, disparamos muy fácil. No sé porqué se le puede insultar a una persona, en este caso a Greta Thunberg, por expresar una opinión y yo estoy de acuerdo con esta chica.
-Como explorador de National Geographic, ¿resta aún algo por explorar en este planeta?
-Sí, debajo de la superficie queda prácticamente todo. Tenemos más del 90 % de la superficie del suelo marino sin explorar. Quedan muchísimas especies por descubrir. Si nos vamos a lo más pequeño, a veces, en las expediciones en las que participó con National Geographic vienen microbiólogos que llegan a descubrir cuatro mil especies nuevas de bacterias. ¿Qué importancia tiene? Pues, muchísima. Cada ser vivo lleva un código genético y esto es información que puede dar respuesta a situaciones ambientales. Se está viendo que hay bacterias que comen el plástico.