El mercado de Vilagarcía estrenará nueva distribución antes de fin de año

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Este mes arrancan las obras en Alexandre Bóveda, que quedará de doble dirección, con protestas de los ambulantes

01 sep 2021 . Actualizado a las 12:12 h.

Los directores de obra ya se dejaron ver ayer por el mercado de Vilagarcía midiendo y tomando notas en la calle Alexandre Bóveda. Es el preámbulo de los trabajos que afectarán a esta calle y empezarán entre la segunda y la tercera semana de septiembre. Se va a ampliar la acera de la fachada de la plaza de abastos -desde Valle Inclán a Arcebispo Lago- y los estacionamientos; también se va actuar en la mejora de la seguridad vial con la construcción de dos pasos de peatones elevados y se instaurará el doble sentido de circulación de forma permanente -actualmente se corta el tráfico los días de mercado- para favorecer así el acceso al centro de la ciudad, tal y como demandaban los comerciantes.

Esta actuación obligará, necesariamente, a reubicar los puestos que actualmente se instalan en Alexandre Bóveda, y cuando parecía que todo estaba hablado a este respecto, salta la polémica.

Terminado agosto, en Ravella pensaron que era el momento de retomar este proyecto con el fin de ajustar lo máximo posible los plazos -los trabajos durarán tres meses- y llegar así a las Navidades con las obras terminadas. Con lo que no contaban era con la protesta de los ambulantes, que ayer por la mañana improvisaron una reunión en la que pusieron de manifiesto su malestar. «Non nos informaron de nada, nin cando empezan, ni a onde nos van levar», afirma uno de los vendedores que el 9 de julio del 2020 firmó el acuerdo con el Concello y que ahora denuncia indefensión ante el proceder del Concello.

En Ravella no dan crédito. Se remiten al acuerdo suscrito hace un año con los representantes de los ambulantes y de los placeros y a la reunión celebrada la semana pasada con los afectados para abordar esta cuestión, en la que participaron los concejales de Urbanismo, Mercados y Seguridade Cidadá además del jefe de la Policía Local de Vilagarcía.

La idea era haber empezado las obras el pasado octubre, pero la pandemia obligó a variar la hoja de ruta. Ahora llegó el momento de dar luz verde para que Montajes J.M. Iglesias -adjudicataria de las obras por un importe de 71.447 euros- se ponga manos a la obra. Una vez concluyan los trabajos se redistribuirá la veintena de puestos afectados por esta reordenación entre las calles Alexandre Bóveda, Arcebispo Lago, el primer tramo de Vista Alegre, García de Caamaño, la plaza Doutor Carús, la avenida d e A Mariña y la parte más ancha de la Rúa do Castro.

Los vendedores temen que la futura humanización de Arcebispo Lago les deje sin espacio para su mercancía, extremo que niegan desde Ravella.

 Los vendedores se quejan de que ni con el turismo son capaces de sortear la crisis del covid

El mercado de Vilagarcía amaneció ayer con un gran ambiente y numerosas personas curiosenado los diferentes puestos, pero lo cierto es que «as ventas están a ser moi cativas», señalan algunos de los ambulantes que cada martes se sitúan en el entorno de la plaza de abastos. Y es que a pesar de que los vendedores son conscientes de que la afluencia de público aumentó significativamente este año con la recuperación del turismo, esto no repercute en la mejora de las ventas. «Hai máis movemento, pero vendemos o mesmo que o ano pasado cando había menos veraneantes», señala uno de los comerciantes. «As cousas non están para tirar cohetes», añade el encargado del puesto vecino. Ambos llevan más de veinte años trabajando en las inmediaciones del río de O Con y se reafirman en que nunca antes habían sufrido una situación económica similar. 

La pandemia fue un golpe muy duro para el sector y, a pesar de que este año la situación epidemiológica parece que se está empezando a controlar «seguimos en decaída», explican. El motivo es la preocupante situación económica de las familias, ya que «non hai cartiños e iso nótase». Esta etapa alarmante está provocando que algunos vendedores que llevan más de 40 años a pie de cañón se planteen no volver a instalar el puesto. «Isto vai de mal en peor, este ano quero deixar o mercado porque non son capaz de cubrir os gastos diarios. Non acordo nunca anos como estes, houbo crises nos anos noventa e ala polo 2002, pero nada que ver co de agora. Isto é insoportable».

A pesar de que la situación más preocupante se encuentra entre los negocios de ropa, calzado y complementos, en el ámbito de la jardinería las cosas no están mucho mejor. «Hoxe non viñeron os outros dous postos que venden plantas, e iso debería repercutir no meu negocio, e tampouco hai ninguén por aquí», explica un mujer que lleva 22 años en este oficio. «Como eu digo, non hai mal que cen anos dure nin persoa que o resista. Isto ha de pasar, pero esperemos que sexa pronto porque malamente nos dá para vivir», sostiene. Esta situación cambia un poco entre los que se dedican a la alimentación: «imos vendendo, pero non ten nada que ver co que isto era antes».