La empresa de basura se planta y deja de recoger los residuos sanitarios del ambulatorio de Vilagarcía
AROUSA
Alertado por Sogama, el Concello ha recordado al Sergas en varias ocasiones que estos restos deben ser procesados por un gestor especializado
10 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.De momento, se desconoce si se trata de un problema de funcionamiento puntual, porque la Consellería de Sanidade, consultada acerca de lo ocurrido, todavía no lo ha aclarado. Pero en Vilagarcía de Arousa ha surgido un inesperado conflicto en torno a los residuos sanitarios que genera el centro de salud de San Roque. El detonante de esta situación son las bolsas de desperdicios que, al menos desde la semana pasada, se depositan recurrentemente en uno de los contenedores verdes destinados a la basura general, que están ubicados frente al ambulatorio. Su contenido no es el indicado para ser abandonado sin más en un depósito de estas características, y la repetición de esta práctica ha motivado diferentes movimientos institucionales. Para empezar, el Concello se ha puesto en contacto en varias ocasiones, a lo largo de los últimos días, con los representantes del Servizo Galego de Saúde (Sergas) en la capital arousana. Primero, a través de las propios servicios de San Roque, y a continuación, recurriendo directamente a la gerencia del área sanitaria Pontevedra-Salnés. Por ahora, sin que se haya producido una respuesta satisfactoria, a la vista de que una veintena de bolsas seguían rebosando ayer con generosidad del contenedor en cuestión.
En Vilagarcía, es la empresa Cespa-Inusa, integrada en el grupo Ferrovial, la que se encarga de la limpieza de calles y plazas, y de la recogida de los residuos sólidos urbanos. Es decir, de aquellos que se depositan en los contenedores verdes. Fuentes municipales explican que, hasta ahora, la compañía había retirado los desechos sanitarios que de vez en cuando aparecían junto al centro de salud. Pero, conocedores de que este es un cometido que debe ser realizado por una empresa expresamente autorizada para ello, sus operarios se han negado a continuar haciéndolo.
Como resultado de esta secuencia de hechos, la veintena de bolsas verdes repletas de desperdicios seguían tiradas anoche en la calle de San Roque. «Llevan ahí por lo menos desde las once de la mañana del martes», señalaba un vecino, incapaz de comprender que esta clase de residuos puedan permanecer durante más de 24 horas en plena vía pública como si tal cosa.
El caso es que Sogama, la sociedad autonómica encargada de la gestión de los residuos en Galicia, ha advertido también que, en más de una ocasión, los envíos de basura genérica desde Vilagarcía contenían restos sanitarios que no deberían llegar a las plantas de tratamiento junto a los simples desperdicios urbanos. Algo que el gobierno municipal tampoco ha olvidado transmitir a los responsables del área sanitaria.
Como el problema sigue en la calle, la siguiente cuestión se antoja un tema menor, pero no por ello pasa desapercibida: «Aun encima están incumpliendo los horarios para dejar la basura en los contenedores, que solo puede hacerse de última hora de la tarde en adelante», añade el mismo vecino, con igual indignación.
Jeringuillas, paletas de auscultación y cajas de fármacos, tiradas en la calle
El contenido de las bolsas que anoche continuaban depositadas dentro y fuera de los contenedores de San Roque no era demasiado agradable. En su interior se apreciaba un poco de todo. Desde paletas de madera como las que se utilizan en la auscultación de bocas y gargantas hasta varias jeringuillas, restos de toallas y sábanas de papel desechables con las que acostumbran a cubrirse las camillas, algún que otro pañuelo con restos orgánicos y cajas de medicamentos que probablemente estuviesen vacías.
La normativa a la que se remite el Sistema de Información de Residuos de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, establece con claridad que esta clase de desperdicios se engloban en su clase 2, que se reserva a los residuos sanitarios asimilables a urbanos: «Serían os residuos xerados como resultado da actividade sanitaria propiamente dita, procedentes de pacientes non infecciosos, ou de infecciosos incluídos na clase 3 dos que o seu risco específico se limita ao interior dos centros sanitarios».
Se trata de material de curas, tubos, yesos, filtros, sondas, guantes y descartes quirúrgicos, independientemente de que en las bolsas se combinen con material que no proceda de labores sanitarias, como papeles, cartones, pedazos de vidrio o restos de comida. Salvo que entre ellos se encuentren medicamentos, no eran considerados peligrosos antes de la pandemia. Pero su transporte y tratamiento exigían ya «un xestor autorizado ou entrega a xestor municipal segundo as ordenanzas municipais». Un caso, el segundo, que obviamente no se da en Vilagarcía.