Teniendo en cuenta que saca a la calle una cocina solar para demostrar que se puede freír un huevo con energías limpias, no es de extrañar que Gabriele von Hundelshausen se convirtiese en la principal abanderada de la batalla medioambiental en A Illa de Arousa. Lo hace desde su cargo de concejala de Medio Ambiente y por su condición de activista que lleva ejerciendo desde hace años.
Desde su Alemania natal llegó a Galicia el año del Prestige para limpiar chapapote y cuando regresó fue ya para quedarse. En A Illa instaló su hogar y se embarcó en un proyecto político, bajo las siglas del PSOE, con el que espera contribuir a hacer de esta isla un lugar mejor para vivir, para quienes la habitan y para el resto del planeta.
«É moi bo momento para levar a cabo este tipo de iniciativas. Queremos que a primeira célula de produción de enerxía para autoconsumo sexa un exemplo, queremos demostrar que este sistema é posible e moi apetecible para reducir gastos na factura».
De momento hay una limitación geográfica para extender este modelo a toda a A Illa —la célula que se va a instalar en la nave de la cofradía solo dará servicio en un radio de 500 metros—, pero el reto es dar cobertura a todo el municipio. «A idea é xerar nos tellados da Illa toda a enerxía que necesitamos».
A nivel municipal, el Concello ya colocó paneles fotovoltaicos en la galescola y en el auditorio con el fin de autoabastecerse. El próximo eslabón de la cadena es tratar de implicar a la población para que también dé el paso y se sume a las comunidades energéticas. «Hai que demostrar que isto funciona e como funciona, hai que traballar os medos co exemplo».