Las naves de Conservas Peña saldrán a subasta por un precio inicial de 320.000 euros

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Los edificios, ubicados en la calle Veiga do Mar, en Vilaxoán, son de la Xunta y están deteriorados tras largos años de abandono

03 feb 2023 . Actualizado a las 04:55 h.

El próximo 14 de marzo, en la sede del Igape, se procederá a la venta, en subasta pública, de dos bienes inmuebles titularidad de este organismo. Uno de ellos está ubicado en Vilaxoán, en una esquina de la localidad. Se trata de dos naves industriales de cubierta encarnada y muros agrisallados tras los que durante mucho tiempo trabajaron numerosas mujeres de la zona. Hablamos de las arruinadas estructuras de Conservas Peña, un complejo que perteneció al otrora todopoderoso Grupo Alfageme y que ahora, desgastado tras más diez años de inactividad, el Igape va a poner en el mercado por un valor de salida de 320.000 euros.

Según la ficha de esta subasta, la propiedad que está en juego está compuesta por una nave principal de 1.631 metros, una segunda de 1.300, una casita de planta baja de unos 40 metros cuadrados, y un transformador. Para tomar parte en la subasta, explica el Igape, «é requisito indispensable consignar o 20 % da cantidade sinalada como tipo de licitación do ben ante a mesa, ou acreditar o depósito desa cantidade na conta do Igape». Los tramos de puja serán de mil euros.

Tal vez en marzo, la historia de estas naves dé un vuelco y consiga entreverse algún futuro para lo que en su momento fue una de las fábricas de conservas más importantes de la comarca. Pero hace trece años no se salvó del cierre, arrastrada por el resto del grupo Alfageme, que en el año 2007 había sido vendido al conglomerado inmobiliario vigués Promalar. La lucha de las mujeres que trabajaban en esta y en otras fábricas pertenecientes al mismo fue titánica; se emplearon a fondo para intentar salvar un negocio que, a pesar de todas las crisis y todos los problemas, seguía siendo viable. Pero no fue posible, y en el año 2013 la batalla terminó. El final no fue feliz ni para aquellas trabajadoras, ni para una comarca que vio desaparecer de un plumazo un buen número de puestos de trabajo. Tras un largo, complejo y farragoso procedimiento, la Xunta se hizo con las naves en subasta judicial, y de la misma manera la maquinaria —que fue objeto de robo en el 2013— pasó a manos de la empresa Tomás Guillén, de Murcia.

En el año 2018, la Xunta ya realizó un primer intento por sacar a subasta estas naves. Por aquel entonces, pedía por las mismas un total de 2,5 millones de euros. El valor, es fácil comprobarlo, se ha reducido de forma considerable, y la cantidad de partida fijada ahora es sustancialmente menor. Los actos vandálicos y el abandono han acelerado la decrepitud que de por sí provoca el paso del tiempo, convirtiendo la factoría de Veiga do Mar en una de las ruinas más dolorosas de la comarca de O Salnés. En un recordatorio, también, de un tejido industrial que marcó los ritmos en Vilaxoán y del que ya no queda —apenas— nada.