María Jesús Lorenzana: «Hay que bonificar a las empresas que cambien su forma de trabajar por la conciliación y el bienestar»

María Jesús Lorenzana (A Coruña, 1981) aporta datos para subrayar que la evolución de las afiliaciones de profesionales autonómicos en O Salnés es superior a la media que ofrece Galicia. Aun así, si por algo se caracteriza su comportamiento en los últimos años es por la caída de trabajadores en el régimen especial. Consciente de ello, la conselleira de Promoción do Emprego e Igualdade analiza su situación y las líneas estratégicas que deberían marcar su porvenir.

—Se suele decir con cierta frecuencia, ¿pero es cierto que Galicia es un país de autónomos?

—Hay que contextualizarlo con respecto a España y al conjunto de Europa. Evidentemente, la cultura europea no es tan emprendedora como la que puede existir en Norteamérica, donde la cultura empresarial es muy fuerte. Pero sí es cierto que somos la comunidad autónoma en la que los autónomos tienen un mayor peso relativo por número de cotizantes. La mayoría de las comunidades hemos decrecido un poco, a excepción de Madrid y las insulares. Pero estoy convencida de que Galicia se adapta muy bien al trabajo por cuenta propia. Los oficios tradicionales, el sector primario, figuras como las cooperativas, incluso. Tenemos muchos elementos para continuar apostando por el autónomo.

—¿Cuál es su peso en el mercado de trabajo?

—Como en el resto de comunidades, es mucho mayor el peso del trabajo por cuenta ajena. Pero la estructura laboral y económica debe partir siempre de la creación de empresas. No solo empresas grandes y tractoras, sino también las pequeñas empresas y las microempresas, que generan empleo y, algo muy importante, lo hacen por todo el territorio.

—Comercio, construcción, agricultura y hostelería concentran a más de la mitad de los 205.000 autónomos gallegos.

—Así es, el sector primario y los servicios, y el comercio con gran diferencia. Lo vimos con los planes de rescate; prácticamente cualquier actividad puede funcionar como autónomo. Y esto hace que los ingresos varíen enormemente. Desde el régimen especial del mar, con ingresos muy pequeños, hasta Amancio Ortega, que es autónomo. Esto da una perspectiva de lo que estamos hablando. Realmente, nuestra consellería trabaja con todos los sectores. Es complejo y requiere que cualquier plan o programa se diseñe y se comunique perfectamente pensando en los autónomos a los que nos estamos dirigiendo.

—Supongo que la pandemia habrá supuesto un duro varapalo.

—Por supuesto. Hay sectores muy afectados. Es necesario trabajar en las nuevas altas, pero, sobre todo, en que le vaya bien al negocio que ya está funcionando. De ahí la red de polos de emprendimiento que estamos lanzando. Muchos negocios nacen y mueren en dos años. No queremos tutelarlos, pero sí que nazcan con un plan de negocio viable y realista. Otra cuestión es el relevo generacional. Hay negocios muy rentables que no encuentran quien recoja el testigo.

«Yo creo en un modelo liberal, que no tiene que decir quién y cuándo debe abrir»

El comercio es el sector que encabeza el número de afiliaciones al régimen especial del trabajador autónomo. Galicia concluyó el año pasado con 46.525 fichas. También con el cierre de 1.500 pequeños establecimientos.

—¿Qué le está pasando al pequeño comercio?

—Hay un antes y un después, hablo con carácter general, de la irrupción de las grandes superficies comerciales. Lo que estamos intentando es que aporten algo diferente. Y lo que vemos es que, cuando el plan de negocio incluye un plus diferencial, el mercado responde. Es un sector que también depende en gran medida de las políticas municipales: que en las zonas en las que está enclavado haya movimento, que los cascos históricos se reaviven, que sean accesibles. Y, desde luego, hemos hecho planes específicos de formación digital, porque es fundamental que, además de la tienda física, el comerciante tenga su propio espacio en las redes sociales o su propia página web, ofreciendo, además, un trato mucho más cercano.

—¿Son los horarios un problema? ¿Habría que restringirlos?

—Creo que en este ámbito se da un problema que va más allá de las grandes superficies y tiene que ver con nuestra manera de trabajar en Galicia y en España. En otras partes de Europa existen grandes áreas comerciales, pero si vas a Inglaterra o a Francia comprobarás que ninguna cierra a las diez de la noche. No es tanto la regulación como el modelo lo que tenemos que cambiar, y eso se hace desde muchos puntos. La política de los gobiernos debería tender a bonificar y a ayudar a las empresas que cambien su forma de trabajar.

—¿Realmente lo cree posible?

—De hecho, hay empresas que lo están haciendo. Que trabajando cuatro días funcionan. La organización del trabajo nos afecta, y muy particularmente lo hace en el ámbito de la igualdad, porque repercute en mayor medida sobre la mujer, haciendo menguar nuestras carreras profesionales.

—Está hablando, prácticamente, de un cambio cultural.

—Insisto en que el horario que tenemos en España afecta mucho a nuestro bienestar y compromete la conciliación y el tiempo libre de nuestros autónomos. Por supuesto, la competencia de las grandes superficies está también ahí. Yo creo en un modelo liberal, que no tiene que decir quién y cuándo debe abrir. Pero si como sociedad fuésemos poco a poco cambiando el modelo, los beneficios serían muy importantes. La manera de potenciarlo sin regular es el apoyo público a quien apueste en mayor medida por la conciliación y el bienestar.

La importancia del trabajo autónomo en la economía

Foro Voz reúne a la conselleira de Promoción do Emprego, María Jesús Lorenzana; al presidente del UPTA España, Eduardo Abad Sabarís; a la concejala de Promoción Económica de Vilagarcía, Alba Briones; y al secretario comarcal de UGT en Pontevedra y Arousa, Ramón Vidal, en un coloquio presencial y abierto al público. El debate se desarrollará el jueves, 13 de abril, en el Salón García de la capital arousana, a partir de las 20.15 horas.

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