La serie de Netflix tiene a la cambadesa Marta Costa en su elenco principal
23 jun 2024 . Actualizado a las 11:20 h.Vaca Films lo advierte antes de que el telespectador vea el primero de los capítulos de Clanes, la nueva apuesta de esta productora y Netflix por retratar el mundo del narcotráfico en Arousa: «Inspirada en hechos y relatos reales. Todo ha sido ficcionado por motivos dramáticos», se le dice al espectador antes de que Clara Lago aparezca en escena. Y lo cierto es que el guión bebe y mucho de lo que ha sucedido en esta comarca en los últimos años y de las historias que han protagonizado algunos de los apellidos más vinculados con el mundo del narcotráfico. Pero quien se espere un Fariña, en la que se podía identificar casi con nombres y apellidos a muchos de sus protagonistas, se llevará una decepción. Efectivamente aquí la historia ha sido ficcionada y las vidas de Charlines, Miñancos y Oubiñas se entrelazan en una nueva historia que engancha a la primera. Más, si eres de Cambados.
La serie tiene una lectura muy diferente para los que conocen de cerca la historia del narcotráfico en Arousa. Primero, porque la historia de los protagonistas, la abogada Clara Lago y el joven heredero de un impero del narcotráfico, Tamar Novás, recuerda al romance que en su día vivieron la abogada cambadesa Tania Varela y el hijastro de Laureano Oubiña, David Pérez Lago. Claro que cuando el espectador se entera de que el padre de él está trabajando en un garaje de Algeciras tras haber pasado por prisión, un arousano se da cuenta enseguida que eso no es algo que le pasara a Oubiña, sino a Sito Miñanco. El personaje de Tamar proviene de una familia, los Padín, con mucha historia en el narcotráfico, que en la realidad recuerda más a la de los Charlines que a la de Oubiña. Licencias de la ficción.
Todavía hay más detalles que pasarán desapercibidos para quien no conozca el municipio a fondo. Por ejemplo, Clara Lago habla de que está llegando a Cambados desde Madrid mientras su coche está circulando, en realidad, por el puente de A Illa. Y entra en el municipio en plena Festa do Albariño y es capaz de llegar conduciendo hasta el Parador, aparcar y bajar andando sin encontrarse apenas con aglomeraciones de gente.
El nombre de Cambados es una referencia constante en toda la ficción y en ella se pueden ver numerosas localizaciones del municipio, como la torre de San Sadurniño o las ruinas de Santa María. Espectaculares son también las vistas desde el aire del paseo marítimo y del muelle, por donde Lago corre a diario. Pero ya le gustaría al municipio contar con la playa que se le atribuye en la ficción o con un puerto deportivo, del que carece.
Mención aparte merece también la aparición de la cambadesa Marta Costa, que forma parte del elenco principal y vive en la ficción una historia de amor con el ahijado del protagonista, que está muy interesado en ingresar en el mundo del narcotráfico. Porque, en ocasiones, este relato también recuerda al que en su día protagonizaron los vástagos de dos clanes arousanos: los Charlines y los Baúlo. Novás, por su parte, encarna a la perfección al joven narco actual: adicto al lujo y de los que se cree más listo que nadie, además de que repudia ciertos métodos de su progenitor, como la venganza.
Por supuesto que Clanes dará que hablar, y mucho, durante los próximos meses en Cambados. Porque es cierto que la localidad es vista, una vez más, como la cuna del narcotráfico gallego, obviando la importancia que en este asunto tuvieron también otros municipios vecinos donde, en realidad, vivían muchos de estas familias de las que ahora se cuenta parte de su historia. De hecho, es la primera vez en la que se hace una referencia tan explícita al nombre de la localidad, obviando a Manquiña, que echaba de menos a su Carmiña y a Cambados en Airbag. Pero también lo es que la serie ha sido traducida a más de una decena de idiomas, como el japonés o el tailandés, por lo que esta historia ficcionada de clanes arousanos llegará a medio mundo.