Siete años después de su segregación efectiva de Vilanova, los isleños vivían otro momento para la historia: la inauguración de su primera Casa Consistorial. El magnífico edificio diseñado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto sirvió para equilibrar las estrecheces que aquella primera gestora, encabezada por Manuel Dios, padeció en la antigua sede de Correos antes de pasar el testigo a la primera corporación electa, en 1999, con el también socialista Manuel Vázquez a la cabeza. Fue el regidor quien aportó el toque de elegancia a la jornada con una cita de T. S. Elliot: «O pasado e o futuro, o que puido ser e o que foi, miran a un só fin, sempre presente». El conselleiro del momento, Xesús Palmou, y el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, completaban la cúpula de la comitiva institucional. Entre las muchas virtudes del inmueble está su luz, su auditorio y el inmenso despacho de la alcaldía.