Un policía local de Cambados, herido tras forcejear con un hombre que pretendía acceder al colegio de Corvillón visiblemente alterado

La Voz CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

La dirección del centro educativo analizará la situación creada por una vivienda conflictiva de la zona con las familias

18 nov 2024 . Actualizado a las 15:19 h.

A primera hora de la mañana, un hombre de mediana edad se empecinó en acceder al recinto del colegio de Corvillón (Cambados). El individuo, muy nervioso, se agarraba con toda su fuerza a la valla del centro, gritaba muy alterado, así que la Policía Local se trasladó al lugar de los hechos para intentar reducirlo. Dos agentes se acercaron a él intentando tranquilizarlo y uno de ellos logró agarrarlo. Durante el forcejeo que se produjo cuando intentó apartarlo de la valla, el policía cayó y sobre él, el detenido. Con tan mala fortuna, que el agente se rompió la pierna derecha, quedando incapacitado en el suelo. Otro agente, con la ayuda de algunos de los padres de alumnos que se encontraban en el lugar, lograron finalmente reducir al individuo, que fue trasladado al Hospital do Salnés por la Guardia Civil.

El alcalde de Cambados, Samuel Lago (PSOE) explicó que los agentes de Instituto Armado «tamén colaboraron na intervención», aunque la peor parte le correspondió a los policías locales: uno acabó con una pierna rota, como ya ha quedado consignado, y el otro con múltiples contusiones. «O home estaba completamente fóra de sí», explicaba el alcalde cambadés. Por su parte, el concejal José Ramón Abal (Cambados Pode) condenó lo ocurrido y quiso aprovechar la ocasión para aplaudir el trabajo realizado por los efectivos de la Policía Local. «Desexamos a pronta recuperación do axente que resultou ferido e queremos agradecelle o seu compromiso co seu traballo e co seu deber». 

El hombre, que quedó ingresado en el hospital, reside en una vivienda de la calle Riveiro que ha sido denunciada como una fuente creciente de problemas por quienes residen en la zona. En la casa, dicen, se ha instalado un grupo de personas, cuyos integrantes van cambiando, que tienen atemorizado al vecindario. Este ha sido un episodio más de esa historia.

El director del colegio de Corvillón, Sergio Abal, fue testigo en primera persona de todo lo sucedido esta mañana. Él llegó al centro alrededor de las ocho y media de la mañana, al mismo tiempo que otra profesora. Y se encontró «a un hombre fuera de sí. Estaba cruzando la carretera descalzo de un lado para otro y pidiendo ayuda. Cuando me vio, intentó venir hacia el cole y yo lo mandé para el parque, le dije que aquí no podía estar», relata. En un primer momento, el hombre le hizo caso, y él aprovechó para llamar a la Guardia Civil, pues en breve iban a empezar a llegar los niños al colegio y no quería que se encontraran con esa escena.

El hombre siguió gritando y hasta en dos o tres ocasiones intentó acceder al centro. «Se iba y volvía, le decía que no podía entrar y me hacía caso», cuenta. Pero cuando llegó la Policía Local «se puso más nervioso. Intentó abrir la cancilla, que estaba cerrada con llave, y ya cuando la policía lo intentó reducir, estaba intentando subir por ella para entrar en el centro».

Empezó entonces un forcejeo entre uno de los agentes y el hombre, en el que el primero de ellos resultó gravemente herido al caer sobre su pierna derecha con el detenido encima. El agente quedó tirado en el suelo, gritando de dolor. «Al principio no entendíamos que había pasado, pero al ver la pierna nos dimos cuenta», explica Abal. Durante un segundo, no supo qué hacer, si atender al agente o ayudar a su compañero, que seguía forcejeando con el hombre. «Le dije a uno de los padres que avisara a la ambulancia» y él ayudó al policía a ponerle las esposas al detenido, porque solo era incapaz.

Poco a poco la situación quedó bajo control. El hombre quedó en el suelo esposado y el policía fue atendido por una ambulancia, que lo desplazó a un centro hospitalario. «Tuvimos que desviar la entrada de los niños a la puerta lateral, porque todo esto sucedió en la principal y no queríamos que vieran lo que estaba pasando», relata Abal. A lo largo del día de hoy convocará al AMPA, para decidir qué medidas tomarán. «Queremos saber lo que hay y lo que se puede hacer, para tener unas garantías de que podemos estar tranquilos», añade. Explica que la situación ha crispado a los padres «y por eso queremos ver qué hacemos como comunidad educativa». Porque, en esta ocasión, el hombre se quedó en el exterior del centro. «Pero cuando él llegó, dentro ya había dos personas y los niños del plan madruga. ¿Qué hubiera pasado si hubiera querido entrar dentro?», se pregunta.