Beatriz Rico: «Quiero que la gente salga feliz y con agujetas en el estómago»
O GROVE
La actriz presenta este sábado en O Grove «Antes muerta que convicta». Al día siguiente, en Cee
13 abr 2023 . Actualizado a las 22:54 h.Hacer reír al público a carcajadas, esa es la misión que tiene la actriz Beatriz Rico este sábado a las ocho de la tarde en el Auditorio do Grove. Al día siguiente, domingo, a la misma hora, en el auditorio Baldomero Cores de Cee. La asturiana hace parada por primera vez en la localidad con su espectáculo Antes muerta que convicta, un show teatral con el que lleva girando cinco años, y en el que a pesar de estar sola en el escenario, dará paso a multitud de personajes que arrancarán al público sus mejores sonrisas. La protagonista es Carolina, una mujer que se ha librado de la cárcel haciendo trabajos sociales y que persigue un sueño: concursar en un reality y hacerse famosa. Un espectáculo redondo en el que la asturiana explota durante noventa minutos todas sus facetas artísticas y en el que habrá mucha música. Será, además, una de las últimas funciones de un Antes muerta que convicta que tantos éxitos ha cosechado.
—«Antes muerta que convicta» es un espectáculo que ya lleva un lustro en la carretera y sigue llenando salas, ¿dónde reside el secreto de su éxito?
—El espectáculo funciona bien porque la gente se ríe muchísimo, y creo que cuando trabajas desde la honestidad el público también lo nota. Además, en la función hay también un momento para la reflexión, y al público le llega mucho. Es un espectáculo muy variado, y aunque estoy sola en el escenario por allí pasa hasta Lola Flores. Hay mucha música, imitaciones, y sobre todo, una historia, la de Carolina, una mujer que hace trabajos sociales para librarse de la cárcel y que limpia teatros. Un día se encuentra la sala llena de público y decide que es una buena oportunidad para conseguir su sueño: entrar en un programa de televisión y ser famosa. Al final hay mucha gente sobre las tablas, y es una función muy dinámica. Desde el minuto tres hasta que termina, son carcajadas continuas.
—Por lo que dice, se crea un buen feeling con el público, ¿no?
—Sí, y en eso tiene mucho que ver que lleve tanto tiempo en activo. Son cinco años, con pandemia de por medio, así que me ha dado tiempo a pulirlo, revisarlo y actualizarlo, claro. Los primeros meses vas testando al público, hay gags que tú crees que iban a funcionar muy bien pero no lo hacen, otros están de relleno y son un éxito… Eso lo vas viendo con el paso de las actuaciones. Al final, lo que quiero es que la gente salga feliz y con agujetas en el estómago.
—Llenar el escenario con una sola actriz y explorando tantas facetas no parece fácil…
—Pues mira, yo siempre le hecho la culpa de ponerme a hacer este espectáculo a Gabino Diego. Cuando trabajaba con él, que para mí es mi hermano del alma, me decía ‘Estas cosas que tú cuentas en un camerino súbelas a un escenario, quiero que se las cuentes al público como me las cuentas a mi’, y a mí me daba toda la vergüenza, pero cuando vino la crisis se me fue toda al carajo. Me decía ‘Lúcete’, y a mí todo me daba pudor. Pero lo cierto es que era la típica payasa cuando era cría, y se me dan bien las imitaciones, cantar... Así que para mí es un premio muy gordo subirme al escenario porque me siento libre y hago lo que quiero, y se crea una conexión chula con el público. Es el premio que tengo al vértigo que me produce salir sola, que minutos antes me pasa de todo, me sube la fiebre, me dan náuseas, pero al estar frente a las butacas se me pasa.
—Estas serán de las últimas oportunidades para ver el show, así que nadie debería quedarse con las ganas…
—Sí, son las últimas funciones, porque ahora estoy ya con un espectáculo nuevo, a pesar de que a este le tengo un cariño que me muero. Y claro, animo a todo el mundo a que aproveche la oportunidad para disfrutarlo, porque merece la pena; bueno, no, la alegría, verlo. Luego ya vendré con Pepa no me des tormento, una función que estreno la semana que viene en Alicante. Además, estoy en plena promoción de mi novela Tú quédate conmigo… Yo me encargo de que merezca la pena, así que no paro.