O Grove y A Illa se suben al carro para implantar la tasa turística

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

Los concellos tramitarán la cuestión una vez que la Xunta ha dado luz verde a la medida. Cambados no lo descarta en el futuro con el fin de obtener una vía de financiación extra ante el aumento del gasto que representa el turismo a la hora de prestar servicios

21 sep 2024 . Actualizado a las 18:53 h.

Lo contaba el viernes la Mancomunidade do Salnés con datos en la mano. Con 815.00 visitantes, de los cuales la mitad se quedaron a dormir, la comarca ha tocado techo en materia turística en el verano. A Illa es el caso más representativo. Allí el turismo aumentó en agosto un 88 % respecto al mismo período de 2023, con un total de 36.957 turistas (que pernoctaron en el municipio) y 197.417 visitantes, que son aquellos pasaron por la isla al menos media hora durante cinco días en un mes. Con estas cifras en la mano y con la noticia salida del horno de que la Xunta permitirá a los concellos implantar la tasa turística a partir del próximo año, el alcalde de A Illa no ha tardado ni 24 horas en subirse al carro.

Luis Arosa (PSOE) ya le envió una carta al director de la Axencia Galega de Turismo para solicitarle una reunión. Dejando bien claro que el turismo es bienvenido en A Illa por los beneficios económicos que reporta, el alcalde argumenta que el Concello necesita una fuente de ingresos para afrontar el coste que representa el aumento de población en verano a la hora de prestar servicios básicos como el suministro de agua, el tratamiento de las aguas residuales, la recogida de la basura o la limpieza de las calles.

No es el único que dará el paso. El alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos, también anuncia que en los próximos días se reunirá a los departamentos de secretaria, intervención y tesorería para preparar un estudio económico-financiero que sirva de base para implantar una tasa turística que lleva años defendiendo. Ayer insistía en su argumento: la tasa no es un capricho que obedezca a un afán recaudatorio, es una necesidad para financiar los servicios que arrastran el aumento poblacional del verano y ante el olvido en que, en su opinión, mantiene la Xunta de Galicia a los concellos en materia de financiación. «A taxa turística non é a mellor vía, gustaríanos que a Xunta asumira o custe dos servizos, pero se os concellos temos que seguir asumindo competencias que non son nosas e asumir o financiamento, O Grove ten que buscar outros ingresos», señala.

En este sentido se expresó el alcalde cambadés, el también socialista Samuel Lago. En este Concello no hay la oferta hotelera que hay en O Grove y, por tanto, la tasa tendría menos impacto económico en las arcas locales, «pero non o descarto se segue incrementando o turismo». «O que non me parece normal é que non se poida destinar a reforzar os servizos como limpeza, auga, recollida de lixo… que se ven tamén resentidas, non só o medio ambiente».  Se refiere Samuel Lago a la condición que ha puesto la Xunta de que la recaudación de esta tasa debe destinarse a cuestiones relacionadas con la sostenibilidad turística.

A la espera de que el Gobierno gallego ultime la propuesta que presentará al Parlamento, el director de Turismo, Xosé Merelles, adelantó el viernes algunas claves tras reunirse con la alcaldesa de Santiago, ciudad que ha dado los primeros pasos en Galicia para implantar el tributo en cuestión: tendrán que ser los concellos los que se encarguen de su gestión, cobro e inspección y deberán consultar a los sectores económicos afectados la finalidad del dinero recaudado. Del asunto se seguirá hablando en los próximos meses en la esfera municipal, pero la Mancomunidade do Salnés se aparta, de momento, de este debate. Preguntado el viernes sobre el tema —antes de conocerse que la Xunta abre el abanico al cobro de la tasa—, su presidente, David Castro, evitó tomar posición.

En los concellos de Vilagarcía y Sanxenxo el tema tampoco está sobre la mesa. El alcalde de Vilagarcía y presidente de la Fegamp, Alberto Varela, no quiere «demonizar» la tasa porque no cree que disuada al turista y entiende que una ciudad como Santiago haya tomado la iniciativa. Pero aboga por una «reflexión a fondo» y por esperar a conocer la propuesta antes de tomar decisiones al respecto.