La emponzoñada herencia de Nené Barral que aún colea en la política de Ribadumia
RIBADUMIA
El fichaje del alcalde independiente David Castro por el PP provoca un cisma en la casa popular y propicia a la vez la irrupción de una lista alternativa
18 abr 2023 . Actualizado a las 09:16 h.«Hai moito espectáculo, moita canción de Pimpinela». Estas palabras del responsable comarcal del Bloque, Manuel Domínguez, plasman la dinámica en la que se ha instalado la derecha en Ribadumia, que no acaba de recomponerse desde que Nené Barral decidió hace veinte años romper amarras con el PP, su partido de toda la vida, en este ayuntamiento pontevedrés de unos cinco mil habitantes.
El exalcalde, conocido por su supuesta vinculación con el contrabando de tabaco, decidió en 2003 enfrentarse al todopoderoso Rafael Louzán —del que fuera su mentor— presentándose a las elecciones bajo las siglas de Independientes por Ribadumia (IR). Casi consigue doblarle el pulso. Esa formación obtuvo dos votos más que el PP, pero cuando ya Barral y los suyos habían cantado victoria, literalmente, llegó una impugnación de cinco papeletas de emigrantes y la junta electoral acabó por inclinar la balanza a favor del grupo popular.
Aquello apartó a Nené Barral de la primera línea, pero no fue el final de IR, ni mucho menos. Los independientes siguieron presentándose a las elecciones y acabaron alcanzando la alcaldía en el 2015 con David Castro al frente del proyecto. La aritmética electoral le obligó entonces a pactar un tripartito por la izquierda con Somos y PSOE. Pero Castro supo rentabilizar la gestión del gobierno hasta el punto de que en 2019 volvió a ganar las elecciones, esa vez con mayoría absoluta: 8 de 13 ediles.
Dicen que la venganza se sirve en plato frío y, aunque tuvieron que esperar 16 años, los independientes pudieron por fin sacarse el mal sabor de boca que le habían dejado aquellos tormentosos comicios del 2003. El crecimiento de los independientes fue directamente proporcional al declive del PP en Ribadumia, que de haber sido la fuerza hegemónica en Ribadumia quedó relegado a tener solo tres de los 13 concejales de la corporación.
Pese a ser el principal grupo de la oposición, el PP fue en este mandato el menos beligerante con el gobierno local, dejando el protagonismo a Somos y al PSOE, que cuentan con un concejal cada formación.
La semana pasada por fin se supo el porqué de esta estrategia: porque no les dejaron hacer otra cosa, según reconocieron los tres concejales del PP a través de un comunicado incendiario en que acusaron a su presidente provincial de haberles traicionado.
Se referían a la operación que ha vuelto a convulsionar a la derecha local: el fichaje del alcalde David Castro como candidato del PP de Ribadumia. La noticia se conoció a finales de febrero y la reacción entre los conservadores no se hizo esperar. A los pocos días irrumpían en la escena política unas nuevas siglas, Xuntos por Ribadumia, que el pasado jueves oficializaron su candidatura ante la opinión pública y en próximos días darán a conocer el nombre de su candidato.
El nuevo partido, nacido a rebufo de Xuntos por Galicia, está formado por esos militantes y simpatizantes que se sienten engañados por la cúpula provincial del PP, entre los cuales se sitúan los miembros de la gestora José Manuel Sotelo y Rocío Rodríguez —ambos participaron en la lista del 2019— y el aún portavoz del grupo municipal del PP, Martín Vázquez, que seguirá ejerciendo como tal hasta las elecciones de mayo y esta vez, anuncia, haciendo oposición de verdad. Dicen en Xuntos que están abiertos a todas las ideologías, aunque parece improbable que la gente de izquierdas se vaya a sentir identificada con un proyecto auspiciado por la derecha para hacerle sombra al nuevo PP de David Castro, quien se ha hecho acompañar en la lista por todos los concejales de IR. Todos menos dos: Pilar Martínez y Mar Moimenta se han bajado de ese barco.