Ravella coloca macetas con helechos para marcar la zona de paso en la plaza de Galicia

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Con esta medida, el gobierno local pretende evitar que se produzcan más caídas desde la nueva pasarela

08 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unas macetas con helechos. Esa es la solución de urgencia tomada por el gobierno local de Vilagarcía para intentar evitar que en la plaza de Galicia se registren nuevas caídas de peatones. La uniformidad cromática de la obra podría ser la causa de los despistes que han acabado con hasta cuatro personas -esa es la cifra confirmada por la Policía Local- en los estanques que se estrenaron hace menos de una semana. La colocación de las nuevas plantas pretende romper esa uniformidad cromática y delimitar claramente la pasarela que se ha de utilizar para cruzar sobre las zonas de agua.

El objetivo visual parece, a priori, cumplido. Las plantas, que crecen en unas macetas que han sido sumergidas en el agua, enmarcan el sendero de hormigón que cruza sobre el canal. La medida se ha adoptado con celeridad, vista la alarma social que se estaba generando en la ciudad. El acuerdo fue tomado el miércoles, y ayer mismo, por la mañana, operarios municipales procedían a instalar los helechos. Con esa medida ya ejecutada, desde Ravella no se descarta adoptar otro tipo de soluciones, como colocar alguna clase de elemento a modo de zócalo para evitar nuevos traspiés.

La normativa de accesibilidad

En cualquier caso, el Concello de Vilagarcía insiste en que la obra de la plaza de Galicia cumple a rajatabla con todas las normas de accesibilidad que rigen en espacios públicos. Por esa razón, el alcalde Alberto Varela volvió a achacar ayer los accidentes que se han producido hasta el momento a «despistes» de los peatones, que aún no han tenido tiempo a habituarse a los cambios realizados en la plaza. En cualquier caso, y tras surgir un problema imprevisto, se ha decidido analizar medidas correctoras «para tranquilidade da cidadanía» y a fin de que «a ninguén lle poida pasar desapercibido onde remata a pasarela e comeza a canle».

El PP se pregunta cuál fue el coste total de un proyecto que sufrió varias modificaciones

La plaza de Galicia se ha convertido, sin duda, en el asunto del que todo el mundo habla en la capital arousana. El PP de Vilagarcía también quiso dar ayer su opinión sobre un proyecto con el que, dicen «se pretendía humanizar una zona, y lo que ha logrado parece haber sido justo lo contrario». Tras los accidentes registrados esta semana, los populares salieron a la palestra para analizar la actuación estrella del gobierno de Alberto Varela desde distintos puntos de vista. No podían faltar, claro está, las referencias a los accidentes registrados en ese punto. «Siempre dijimos que nos parecía una obra peligrosa, tanto por las aristas, que no se han rebajado, como por la falta de diferenciación entre los espacios», señalan. «Por desgracia, el tiempo nos ha dado la razón», y en ese punto se alegran de que «el gobierno admita su error y adopte medidas». También habló el PP del tráfico, y lo hizo para asegurar que «el cierre de la plaza de Galicia ha partido Vilagarcía en dos», obligando a los conductores a hacer largos desplazamientos «hasta las rotondas de O Ramal o Valle Inclán» para cruzar la ciudad, lo que genera «atascos increíbles» no solo en viales municipales, sino también en uno portuario por el que es habitual el paso de vehículos pesados. La situación, auguran, empeorará en verano. Y lamentan que, antes de adoptar estas medidas, el gobierno local no haya escuchado a los taxistas ni los responsables de los autobuses.

Pero el PP habló, también, de números. Recordaron que el proyecto de la plaza tenía un presupuesto de 350.000 euros, que se vio rebajado hasta los 180.000 en la mesa de contratación. Un 46 % menos que exigió que se comprobase que no había una baja temeraria. Pero, durante la ejecución, «se dejaron de hacer cosas que estaban previstas en el proyecto y se hicieron otras con las que no se contaba», y cuyo coste el PP quiere conocer.