El Mariscos Antón Cortegada cae de tres en Barakaldo en un partido en el que fue de más a menos

Mala pinta tiene el partido que esta mañana debe disputar el Mariscos Antón Cortegada en la cancha santanderina del líder del Grupo A de la LF2, el Tirso Incentro, aplazado en su día por acuerdo de ambos clubes ante las muchas bajas que contaban el 7 de enero para cerrar la primera vuelta del calendario. Desde las 12, Javi Nogueira y sus pupilas deberán ingeniárselas para conseguir lo que ayer no lograron en la cancha de un sobre el papel notablemente más asequible HGB Ausarta Barakaldo. Y con el problema añadido del gran cansancio de una plantilla desgastada por el largo viaje en el día hasta tierras vascas y 40 minutos a cara de perro sin las dos bases puras de la plantilla, más el golpe anímico de perder, por un ajustadísimo 49-46, un duelo que el conjunto vilagarciano dominaba con autoridad en el arranque del segundo cuarto.

Efectivamente, la excelente entrada en pista de las jugadoras del Mariscos Antón Cortegada, junto a su férrea defensa, uno de los santos y seña del colectivo de Javi Nogueira, le deparó sus buenos réditos. Ausente Sara Gómez, como Sara Corredoira, por lesión, Mercy Wanyama se erigió en lo que se esperaba de ella. La internacional keniata agrupó a un equipo en el que Blanca Manivesa ejerció de directora de juego accidental.

Wanyama y la otra pívot del Cortegada, la serbia Vladinka Erak, fueron las grandes fuentes que regaron tanto la producción ofensiva del cuadro gallego como su rebote. Con uno de sus habituales doble-dobles la primera, mejor jugadora del partido con 13 puntos, 11 rebotes, 2 asistencias y 4 faltas recibidas. Y con Erak produciendo a base de su habilidad para forzar a las rivales a llevarla a la línea de tiros libres con media docena de faltas provocadas, de las que obtuvo 8 de sus 12 puntos —más 6 rebotes y 2 asistencias—.

Con un 3-13 mandaba en el marcador el Cortegada en el minuto 6 de partido, y 8-18 figuraba en el electrónico tras la primera canasta del segundo cuarto, en la única alegría ofensiva a cargo de Lorena Castro. Pero a 3 minutos para el descanso, el Barakaldo completaba la vuelta al calcetín, poniéndose por vez primera por delante. Empezó así un toma y daca, con los dos equipos alternándose en el marcador y el conjunto arousano cerrando, como el primero, el segundo y tercer cuartos ligeramente por delante. Hasta que a las de Javi Nogueira se les apagaron las luces y, en buena medida, el motor.

Vladinka Erak estiraba al Cortegada por última vez a 7,27 del final, con sus últimos dos tiros libres anotados con los que ponía el 39-44. Cuando Carla García volvía a anotar para el cuadro visitante casi medio cuarto después, en el 48-46, el Barakaldo le había endosado un parcial de 9-0. Con todo, ganar el partido estaba, sobre la mesa, al alcance de la mano. Anderson subió el 49-46 desde la línea de 4,60 a falta de 2,10 minutos. Los 130 segundos siguientes dieron el nivel al que ambos equipos se encuentran.

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