
Este episodio reavivó el clamor político y empresarial para que Costas autorice la obra que permitiría cambiar el colector de aguas residuales
29 sep 2022 . Actualizado a las 11:50 h.Las aguas residuales que se dirigen a la depuradora de Tragove vuelven a ir por su cauce, es decir, a través del colector que discurre entre Vilanova y Cambados. Ayer durante buena parte del día no fue así. Un reguero de aguas fecales e industriales bajaba hacia el mar en las proximidades de la playa de As Patiñas como consecuencia de una avería detectada en el bombeo número tres, situado en Corvillón. Ante esta situación había que utilizar uno de los aliviaderos de la red para dar salida al caudal de residuales mientras no se terminaba de reparar la avería, y como la zona de Tragove se considera sensible —allí captan agua varias depuradoras— se abrió el aliviadero anterior, situado en San Miguel. Curiosamente, la avería se produjo en las tuberías más modernas, las menos deterioradas de una red que se queda obsoleta y se hace preciso cambiar.
De ello se está hablando mucho en las últimas horas dado que esta nuevo vertido a la ría suscitó una cascada de reacciones pidiendo que Costas desbloquee la obra que permitiría sustituir el colector por otro nuevo.
Lo piden desde los concellos de Cambados y Vilanova, el BNG, la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA) y asociación de depuradores. Las empresas situadas en Corvillón no llegaron ayer a tener que interrumpir su actividad gracias a que Espina y Delfín, —la concesionaria del servicio de saneamiento— actuó a tiempo, pero el riesgo de nuevos vertidos pesa como una losa en el sector, que insiste en la necesidad de cambiar el colector y los sistemas de bombeo que hay en este tramo del litoral.
Existe un proyecto de la Xunta, presupuestado en más de un millón de euros, para renovar la red, pero la obra no se puede ejecutar mientras la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar no levante el veto que mantiene sobre ella.
