Tal y como le ocurre a muchos artistas, tampoco Leñaverde cosechó en casa el éxito y la repercusión que alcanzó más allá de las fronteras de Boiro, de Barbanza e incluso de Galicia. El programa, como movimiento juvenil y como germen de una larga lista de nuevos creadores, suscitó interés en diversos lugares de España e incluso se hizo un hueco a nivel europeo.
Fue presentado en las tres universidades gallegas, así como en la autónoma de Barcelona, donde se incluyó como parte de un programa de doctorado en lengua y cultura gallegas. Leñaverde llegó incluso a ser el tema principal de una sesión del Parlamento de Galicia, donde su planteamiento fue analizado como ejemplo de buena práctica para la inclusión en la Lei de Xuventude del 2007 y propiciar así que se extendiera a otros municipios de la comunidad.
El programa cultural y, por extensión, el topónimo de Boiro, sonaron también en la universidad de Padua (Italia), a través de un plan de intercambio europeo, y en Holanda, a donde llegó en el marco de la iniciativa Youth in action.
De la mano de la red de nuevos creadores surgida al amparo de Leñaverde, la comarca barbanzana también logró estar presente varios años en el mapa cultural gallego, a través de menciones en diversos festivales en los que se incluyeron trabajos de los jóvenes artistas de la zona. Fue el caso de los premios Mestre Mateo, el festival de Cans, Curtas na Rede, Festigal o Nsaio no Camiño.