la gala en el interior del liceo
Sabedores de que el gran artífice de la inolvidable noche que el jueves se vivió en Noia es Ramón Campos, productor de Galerías Velvet junto a su mujer, Teresa Fernández-Valdés, los vecinos quisieron agradecerle el gesto mostrándoles todo su cariño. Fue recibido con sonoros aplausos a las puertas del Liceo, entró como la estrella que es en el salón de actos y se convirtió en el gran protagonista de la gala. Una ceremonia que resultó ser un sabroso cóctel de sentimientos.
Empezó con risas, las que provocó el presentador Federico Pérez que, en tono irónico, «agradeció» la puntualidad de los actores y saludó a Ramón Campos con un «vuelve a casa por Navidad». En este ambiente distendido se produjeron las siguientes intervenciones, aunque el productor de Bambú ya tocó la fibra sensible de los presentes recordando sus orígenes: «Fai 20 anos fixen aquí a miña primeira curta, estreamos na pizzería Venecia, e agora regreso coa satisfacción de estar coa familia e cos amigos».
Experiencia preciosa
Miguel Ángel Silvestre lanzó los primeros halagos al productor, un pequeño avance de lo que estaba por llegar: «Es una experiencia preciosa trabajar con Ramón y Teresa. La mayor parte del equipo es gallego y el compañerismo es impresionante».
El Duque se convirtió entonces, a través de la pantalla, en Alberto y, junto a una Paula Echevarría transformada en Ana, mantuvieron al público embelesado durante poco más de una hora. Los espectadores vieron el inicio de una prometedora historia de amor salpicada de secretos y mentiras. Una producción ambientada en la alta costura de la España de 1958 cuyo primer capítulo supo a poco.
Cuando las luces del Liceo volvieron a encenderse, entre bromas y una ensayada improvisación, los actores anunciaron la llegada de emociones fuertes, y no se equivocaban. Pantalla a negro y, de repente, la imagen de un bebé que iba creciendo hasta convertirse en el actual Ramón Campos. Un recorrido fotográfico por la historia del productor noiés y su mujer al acertado son del Yo le doy bambú de Miguel Bosé que provocaba los primeros estremecimientos.
Hasta Paula Echevarría, desde New York, quiso arropar a Campos con un mensaje grabado, en el que incluso pronosticaba su salto a Hollywood.
En agradecimiento por su apoyo a la Mostra de Curtas y a Noia en general, el productor recibió una estatuilla y, a partir de entonces, apenas pudo hablar. Visiblemente emocionado, solo pudo expresar el orgullo que sentía de haber empezado en la villa su carrera.
Fue su mujer, Teresa Fernández, la que agradeció el cariño del público y la deferencia «de estas estrellas que nos acompañan». Puso el colofón a la ceremonia señalando: «Este camino no se hace solos, se hace con espectadores».