El pobrense David Cernadas empezará a competir en la liga gallega absoluta con el Liceo Pueblense
26 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Para David Cernadas no hay mejor deporte que el ajedrez. Aunque él, a sus diez años, lo percibe más como un juego, y, sobre todo, como la oportunidad perfecta para hacer amigos. Eso sí, cuando se sienta frente a los oponentes tiene claro que el verbo que mejor sabe conjugar es ganar. Así lo demuestran los torneos en los que ha participado desde que, en el verano del 2015, pasó a formar parte del Liceo Pueblense.
El último éxito, y que genera optimismo al divisar el horizonte futuro, se logró en A Coruña. David empezó a competir en la categoría alevín, y lo hizo en el campeonato provincial, en donde, a pesar del elevado nivel y del juego intenso que se practica en esta competición, hizo un más que meritorio cuarto puesto para ser su debut.
Progresión constante
«Lo que tenemos que intentar ahora es que esa progresión no se vea frenada, más bien todo lo contrario, y así el año que viene, en la misma prueba, pueda ganar o mejorar esa cuarta posición que hizo el día de su estreno en el provincial», explica su entrenador en la escuela Brétema, Jesús Rodríguez. El preparador revela que el nuevo reto del precoz David Cernadas será el campeonato gallego absoluto, al que acudirá con el Liceo Pueblense, que ha incorporado a este crío de A Pobra para que se foguee con los grandes.
El margen de mejora de David, según explican en su club, tendría que empezar a ser mucho mayor cuando comience a aprender por sí solo: «En el momento que sea autodidacta, y asimile las cosas que lea o vea, estamos convencidos de que su nivel será mucho mayor y dejará todavía más atrás a los otros jugadores de su misma edad», añade Jesús Rodríguez.
Primeros movimientos
No todo fue sencillo en los inicios de David cuando aprendió a jugar al ajedrez. Explican en el Liceo Pueblense que, más que formarse, le gustaba jugar, sin importarle mejorar. Hacer amigos, y disfrutar de su compañía, fue otra de las cosas que hubo que corregir para que se concentrara en los momentos de docencia. Pero todo aquello, por suerte, ha quedado atrás, y hoy David, a pesar de sus 10 años de edad, sigue disfrutando, a la vez que aprendiendo, que es lo más importante.