Un total de seis mil hectáreas están sujetas a medidas especiales de preservación
16 jul 2019 . Actualizado a las 11:49 h.La comarca posee un importante patrimonio natural, formado por marismas, áreas dunares, lagunas o estuarios que constituyen el hábitat para diversidad de especies de la flora y la fauna. En algunos casos son el refugio de ejemplares en peligro de extinción, endémicos del territorio o de aves migratorias. La preservación de sus valores depende del uso que se les dé y, para regularlo, existen varias figuras de protección. Un total de seis mil hectáreas de terreno del ámbito barbanzano están incluidas dentro de alguna de las figuras de conservación existentes. Esta extensión equivale a 60 kilómetros cuadrados o, lo que es lo mismo, prácticamente a la superficie del municipio rianxeiro.
Las principales normativas bajo las que se vigila el mantenimiento de estas áreas especialmente sensibles son la Rede Galega de Espazos Protexidos o la Rede Natura 2000. El municipio de Ribeira es el único ayuntamiento de la comarca con territorio integrado en sendos parques de ámbitos autonómico y nacional. Posee 1.194 hectáreas que se reparten entre el parque natural de Corrubedo y la isla de Sálvora, incluidas, además, en figuras de preservación de rango internacional.
Tres municipios
Cabe señalar que la mayor parte de la superficie protegida se encuentra en los municipios de Carnota, con más de tres mil hectáreas; Ribeira, con un total de 1.293 y Porto do Son, que suma cerca de 520 hectáreas.
El restante terreno bajo especial vigilancia se distribuye entre Noia, con 430 hectáreas; Outes, que tiene 347; Muros, 357 y Mazaricos, con 31 hectáreas.
La importancia de estas áreas protegidas y la necesidad de garantizar sus valores naturales es compartida por los responsables locales que, sin embargo, sí reconocen que a veces tienen dificultades para acometer en ellas actuaciones encaminadas, precisamente, a su conservación.
Lo explica la regidora de Muros, Inés Monteagudo, quien habla de los problemas para ordenar el aparcamiento en las inmediaciones del arenal de Louro: «Tenemos muchos condicionantes para conseguir los permisos, lo que resulta un poco contradictorio. Precisamente, nuestra propuesta va encaminada a reducir el acceso de vehículos a una zona protegida. Pretendemos habilitar un espacio en un lugar más o menos próximo, para disminuir la incidencia del tránsito de automóviles a lugares sensibles».
Pese a estos contratiempos, Monteagudo recalca que el hecho de tener preservado un espacio tan significativo «nos aporta un plus. Es muy interesante desde el punto de vista paisajístico».
El término noiés tiene en el estuario del Tambre y en Testal parte de sus áreas protegidas. En este último, Costas del Estado acaba de realizar una actuación. El regidor de Noia, Santiago Freire, comenta que considera que «en ocasións o ámbito debería estar mellor delimitado, para saber con exactitude onde podes actuar».
Afirma que, por ejemplo, «no peirao do Marqués, a protección existente condiciona traballos como o do dragado». También comenta algunas situaciones que se producen, como el hecho de que «a parte de Campo de Noia cara fóra está incluída en normativas de preservación, pero cara dentro non».
Las complicaciones administrativas que se producen son uno de los principales aspectos subrayados por los dirigentes locales.