Son muchos los factores que influyen en la esperanza de vida, pero uno es genéticamente determinante: a día de hoy, si es usted mujer, tiene la posibilidad de vivir 5,4 años más que el hombre. Pero no se confíen demasiado, pues no hace muchos años, las féminas solían sobrevivir al hombre más de seis años. Es probable que la perniciosa tendencia que llevó a la mujer a aproximarse al hombre en tabaquismo y otros vicios menores, vaya acortando las diferencias en cuanto a longevidad (Revista Española de Salud Pública).
El 2020, a causa del covid, fue un año singular. La pandemia redujo la esperanza media de vida de machos y hembras en 1,6 años respecto al 2019. Y, una vez más, las mujeres lograron una ligera ventaja de dos meses y medio (0,2 años) sobre la esperanza de vida de los hombres (INE). Desgraciadamente, no es este el caso de Madrid, en donde, a causa de la pandemia, la supervivencia de los hombres bajó 2,8 años y 2,2 años, las mujeres. Desde la dramática Guerra Civil no se veía nada así en España.
Pero, visto desde una perspectiva egoísta, no todo son malas noticias. Resulta que, en Galicia, a pesar de la pandemia, entre el 2019 y el 2020, prácticamente se mantuvo la esperanza de vida. En el 2019, la media entre ambos sexos estaba en 83,51 años y bajó ligeramente a 83,34 el pasado ejercicio. Comparativamente con otras regiones, no están mal los datos del IGE (Instituto Galego de Estatística); aunque ese diferencial de tan solo 0,17 entre esos años signifique que la media de los gallegos fallecieran dos meses antes de lo que hubieran deseado. El lado positivo radica en que, por limitación de movilidad y trabajo, se produjeron menos accidentes de tráfico y laborales. A ver si nos damos cuenta de la importancia de trabajar con el mínimo riesgo posible y conducir con sentidiño.
Y para que sirva de consuelo a quienes vivimos la edad del envejecimiento (más de 60 años según la OMS), dicen las estadísticas que la esperanza de vida de los gallegos se acercará a los 90 en pocos años. Claro que, las mujeres, para entonces (si reducen el consumo de tabaco), seguirán superando en longevidad a los hombres nada menos que en 4,4 años.
Pero que nadie se desanime, que ¡90 años no es nada! Porque, si para conseguir una esperanza media de vida como la actual, muchos y muchas habrán de superar los ciento y pico, con el espectacular avance de la medicina, la mayoría llegaremos a centenarios, fuertes como carballos. Ya lo veréis. Vale, ya sé, habrá que arreglar el asunto de la jubilación.