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«Temen los agoreros que el turismo se dispare en nuestra comarca, que la masificación nos engulla o nos convierta en una especie de suvenires de segundo plano de selfis»
21 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Temen los agoreros que el turismo se dispare en nuestra comarca, que la masificación nos engulla o nos convierta en una especie de suvenires de segundo plano de selfis, o de primero, cual animal martirizado en un zoológico para satisfacción de guiris sin escrúpulos que buscan lejos de su hábitat el refugio de sus frustraciones diarias, aunque sea a costa de propagar la peste de frustraciones cual pandemia de covid.
Hay quien habla de derribar los puentes de acceso a Barbanza para evitar la invasión, rememorando el triste pasado guerracivilista en el que ni eso fue remedio para evitar que las hordas fascistas se extendieran hasta el último rincón de la piel de toro.
No teman, ya que, salvo que el cambio climático lo desmienta, siempre llegará la peneira de octubre en modo de lluvia que hará que el turismo masificador e invasor acabe recogiendo bártulos y marchando a su lugar de procedencia, o ya ni siquiera se asome por una Pedrafita emboinada de nubarrones grises en plena descarga pluvial.
No se engañen, ese turismo que tanto parecen temer algunos difícilmente superará los tres meses de efectividad puesto que, si a los de aquí se nos hacen largos los inviernos, a los foráneos ni te cuento, pues no es lo mismo tener que pasarte días y días a cubierto donde uno vive, que tener que hacerlo en un hogar provisional observando llover por las ventanas con el rabillo del ojo mientras matas una tarde invernal viendo una lacrimosa película alemana de esas que las televisiones deben adquirir al peso.
Vengan señores turistas, gasten aquí y marchen, que hay sitio para todos.