Juan Vázquez, experto en medicina preventiva: «A obesidade é a pandemia do século XXI»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

El profesional con su uniforme habitual en el área de medicina preventiva del Hospital Clínico.
El profesional con su uniforme habitual en el área de medicina preventiva del Hospital Clínico. CEDIDA

El muradano combina su trabajo como facultativo en el Clínico de Santiago con tareas de investigación

23 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay personas que nacen y, sin saberlo, ya están planeando como cuidar de los demás. Curar un resfriado, velar por la buena alimentación de los seres queridos o recomendar hábitos de vida más saludables son solo algunas de las herramientas que suelen utilizar todos aquellos que se preocupan genuinamente de la salud de los demás. Y todas, todas ellas confluyen en el muradano Juan Manuel Vázquez.

Su amor por las ciencias empezó cuando tan solo estaba en el instituto y se dio cuenta de que las asignaturas que más le gustaban eran Química y Biología, no solo por los contenidos, sino porque ofrecían la oportunidad de entrar en un laboratorio y hacer pequeños experimentos. Esta vena de explorador fue creciendo durante los años de carrera en la Facultade de Medicina de la Universidade de Santiago, cuando empezó a pasar cada vez más tiempo conociendo el mundo de la investigación.

Con el tiempo descubrió que lo suyo era la medicina preventiva, área sanitaria en la que trabaja en la actualidad. A día de hoy, el esfuerzo y el buen hacer del muradano lo han llevado a convertirse en líder del proyecto Envellecemento Saudable, Fraxilidade e Cronicidade, un equipo de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago especializado en la mejora de la calidad de vida de grupos de población en riesgo, como son las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas.

Por y para las personas

Su tarea principal es llevar a cabo intervenciones determinadas con el objetivo de que las personas puedan sobrellevar de la mejor manera posible sus dolencias e incluso poder evitar que estas aparezcan. Para poner un ejemplo, el experto cuenta en que consistió una de las iniciativas en las que estuvieron envueltos él y sus compañeros hace un tiempo.

En este caso, trabajaron con personas jóvenes que sufrían diabetes tipo uno, concretamente, sobre cómo se podía mejorar la asistencia que recibían por parte de médicos y enfermeros: «Se conseguimos que os profesionais fagan un mellor recoñecemento e seguimento, iso vai aumentar a calidade de vida dos doentes».

Foto de Juan Vázquez de niño en la casa de sus abuelos en Muros.
Foto de Juan Vázquez de niño en la casa de sus abuelos en Muros.

En la actualidad, apunta, están inmersos en un programa con el que están estudiando cuál es el grado de conocimiento general que tienen los mayores de 65 años sobre la importancia de mantener una alimentación sana. El experto explica que lo que buscan es que los pacientes sepan qué alimentos, por ejemplo, intervienen en mayor o menor medida con la medicación que toman, cuáles son los ejercicios que deben hacer a diario o cómo se puede sacar lo mejor de cada comida cocinándola de una manera diferente.

Manifiesta que a día de hoy el gran problema social que toca abordar desde el punto de vista de la salud pública es el del sobrepeso: «A obesidade é a pandemia do século XXI». Según explica el muradano, esta enfermedad va in crescendo por culpa de dos factores: la mala alimentación y el sedentarismo. «Cada vez temos máis traballos que nos obriga a estar sentados moito tempo e moitas veces comemos mentres estamos diante da pantalla», añade.

Sin pociones mágicas

Para aquellos que creen que todo se puede solucionar mágicamente utilizando medicamentos, el profesional señala que estos tienen uso muy determinado que debe acotarse a aquellas personas que verdaderamente los necesitan: «Ozempic ou Wegovy non son para todo o mundo, ademais se se utilizan pero non se fai un cambio no estilo de vida, o doente volve de novo ao estado inicial».

A parte de hacer estudios de investigación, Vázquez combina esta faceta con su trabajo como facultativo en el CHUS, lo que le permite tener un contacto directo con todos aquellos grupos que necesitan una intervención directa: «Identificas determinadas áreas ou poboacións que necesitan unha intervención».

Especifica que él, concretamente, se dedica a velar por la seguridad de los pacientes con acciones como el control de la microbiología ambiental en espacios en los que están expuestos a muchos factores externos, como la salas de operaciones o las máquinas de diálisis. El muradano, ya sea fuera o dentro del despacho, es un ángel custodio de la salud de sus pacientes.