Ángel Vidal, el docente que acercó A Pobra a Europa: «Muchos viajes fueron impactantes»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

Carmela Queijeiro

Dice adiós a las aulas después de 37 años y de haber impulsado el programa Erasmus en el instituto pobrense, «un proyecto con el que he disfrutado muchísimo»

02 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez que Ángel Vidal (Cabo de Cruz-Boiro, 1964) hace las maletas, marca su destino en un mapa, y ahora mismo «parece que tiene sarampión porque está todo lleno de puntos». El docente se despide de las aulas después de 37 años y de haber sido uno de los impulsores del programa Erasmus en el instituto de A Pobra, que ha permitido que un buen número de estudiantes de este centro conozcan numerosas ciudades y pueblos del viejo continente.

Confiesa el profesor de Matemáticas que la idea surgió en el curso 2006, cuando el proyecto europeo daba sus primeros pasos en Galicia y un grupo de compañeros decidieron subirse a este nuevo tren. «Recuerdo que nos preguntamos unos a otros cuál era nuestro nivel de inglés y, como no era muy allá, nos tuvimos que apuntar a clases particulares para poder defendernos». En estos casi 18 años que ha formado parte del proyecto «he disfrutado muchísimo», no solo porque se ha contado con la ayuda de «gente increíble que le dieron un importante impulso», sino por la gran experiencia que ha supuesto para los alumnos, ya que algunos era la primera vez que salían de sus casas.

«Son viajes fantásticos y atípicos, en los que los chavales conocen lugares muy diferentes, van a otros centros educativos, y viven en casas con otras familias», enumera Vidal. Entre las miles de anécdotas que acumula recuerda especialmente las primeras salidas, como una que hicieron a un pueblecito tan pequeño de Finlandia en el que solo había seis casas, un colegio y un supermercado que era a su vez gasolinera; y otra a una aldea de Turquía que recordaba a las del interior de España del siglo pasado.

Ángel Vidal fue sorprendido por sus alumnos del instituto de A Pobra, que le hicieron un pasillo para despedirlo por sus más de tres décadas en el centro
Ángel Vidal fue sorprendido por sus alumnos del instituto de A Pobra, que le hicieron un pasillo para despedirlo por sus más de tres décadas en el centro CARMELA QUEIJEIRO

«Emocionalmente fueron viajes duros e impactantes, porque mucha gente que nos recibía no había visto a un extranjero en su vida. Pero, pasado el primer shock, al segundo día no vi niños más felices, fueron los chavales mejor acogidos y mimados», apunta el docente. También hubo otros en los que se vivieron algunos momentos de tensión, sobre todo cuando el covid irrumpió en el mundo y lo pilló con un grupo de alumnos en Lituania. «Empezaron a cerrar todos los aeropuertos y no sabíamos si podríamos viajar de regreso o nos tendríamos que quedar días o meses viviendo en un pabellón», recuerda Vidal, que lamenta que la crisis sanitaria también les impidió conocer las Azores «cuando ya teníamos todo organizado y los billetes comprados».

 Último viaje a Hungría

Como colofón a su etapa de docente y coordinador del programa Erasmus, Ángel Vidal se despedirá con un último viaje, que hoy mismo lo llevará a volar junto con un grupo de alumnos y docentes a Hungría, donde pasarán dos días en Budapest para luego desplazarse a Debrecen. Además, este curso el instituto pobrense tiene programada otra excursión a un pueblo de Portugal que tendrá lugar en mayo.

Tras esta última escapada, el profesor se estrenará como jubilado, una etapa que todavía no tiene muy asimilada. «Me sabe muy mal dejarlo a medio curso, como algo inacabado, pero es la alternativa que tenía al llegar a los 60 años, porque sino lo hago ahora puede cambiar la normativa y a saber», reflexiona. Todavía no se ha planteado qué hará a partir de ahora, «porque tengo que aprender el concepto de tiempo libre», algo que hasta el momento le ha costado mucho porque entre el trabajo, la formación continúa y el programa Erasmus le ocupaba la mayor parte de las jornadas. Sin embargo, es consciente de que «la gente que es activa, sigue siendo activa cuando se jubila, y seguro que encuentro mil cosas que hacer».

Entre estos nuevos planes no descarta seguir viajando y llenando un poco más de puntitos ese mapa del mundo que ha sido testigo de todas sus nuevas experiencias. «Solo puede decir que he disfrutado muchísimo siendo profesor, y con este programa. Hemos conocido a gente fantástica que nos recibió con todo el cariño, y las familias de aquí siempre han respondido de forma espectacular», concluye.