Adiós a Mercedes, el alma y la «máster cheff» del hotel Jopi de Boiro

Ramón Ares Noal
Moncho Ares RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

CEDIDA

La boirense era una mujer muy conocida y querida en la localidad

30 sep 2019 . Actualizado a las 07:41 h.

En aquel Boiro de los sesenta y los setenta del pasado siglo (suena antiguo, pero está ahí), el centro neurálgico estaba en Cimadevila, donde se concentraba la actividad comercial y hostelera, e incluso la administrativa. En el municipio ya había actividad fabril, lo que atraía a los que llamábamos viajantes, que llegaban con sus coches cargados de enormes maletas, con género dentro o en su busca, y se hospedaban en fondas como La Cueva, el bar Nuevo, el Argentina o el Jopi. Este último fue el único que apostó por una expansión contenida, pasando de ocupar una casita con planta alta, a un hotel, enfrente de la anterior, con restaurante y cinco plantas.

Fue la iniciativa y el esfuerzo del matrimonio conformado por José Piñeiro y Mercedes López la base de tan arriesgada apuesta para aquel entonces, pero el tiempo, inexorable juez, certificó lo acertada que había sido la decisión. Pero tratándose como se trataba de una familia inquieta y emprendedora, no se durmió en el conformismo, y transcurridos unos años, gracias a su vocación de seguir avanzando, promovieron el hotel Jopi, un dos estrellas con unas habitaciones de calidad y una cocina extraordinaria.

Esfuerzo y dedicación

Es justo reconocer que buena parte del esfuerzo de la construcción de ambos inmuebles lo asumió el propio José Piñeiro (de cuyo nombre viene el comercial Jopi), al que los niños del Camiño Vello veíamos como poco a poco iba levantando su sueño con sus propias manos, trabajando de albañil, sin dejar de atender las fincas e incluso el hotel, un currante nato de los pocos que una persona tiene la fortuna de ver a lo largo de toda su vida.

Si Pepe fue el principal artífice material del hotel Jopi, ella, Mercedes, fue el alma y, especialmente, la máster cheff, porque impregnaba de vida cada rincón y hacía de todo, ya que tan pronto atendía y acondicionaba las habitaciones, como recibía al cliente. Pero su especialidad estaba en los fogones, para elaborar sublimes platos de la cocina tradicional: sus fideos con almejas, sus guisos, sus empanadas y sus filloas únicas. Todo lo que elaboraba empequeñecería a muchos de los mediáticos cocineros que tanto abundan.

Mujer vital y de carácter, fue una adelantada a los tiempos, amiga de sus amigas, siempre elegante y bien peinada. Solo sus problemas de cadera, en los últimos años, se evidenciaban en su forma de andar. Aún hace poco se le pudo ver por las calles de Boiro, como siempre, hablando con todo aquel con el que se cruzaba, pero una inesperada enfermedad acabó pronto con su vida y se llevó, ayer, lo poco que quedaba de aquel viejo Jopi donde nuestros jóvenes padres jugaban al futbolín, y sus hijos seguíamos las partidas con emoción, escuchando a nuestras espaldas la imperativa voz de Mercedes.

Esta tarde, a las 17.00, se celebrará el funeral por el alma de Mercedes López en la iglesia de Santa Baia de Boiro y, posteriormente, sus restos se trasladarán al cementerio de Vistalegre.

¡Descanse en paz!