«Estou tirando dos meus aforros para coidar a unha persoa dependente»

La Voz

BOIRO

SANDRA ALONSO

El vecino de Boiro César Tarela también sufrió que el reconocimiento de la ayuda a su madrina le llegara una vez fallecida

29 oct 2023 . Actualizado a las 17:00 h.

Familiarizado con la burocracia debido a su trabajo, César Tarela reconoce que la tramitación de ayudas para una persona dependiente es un proceso complejo, largo y que no todo el mundo puede asumir. Ha sufrido directamente las consecuencias de las listas de espera: «A miña madriña non chegaron a valorala porque faleceu». La comunicación llegó meses después. Ahora, este vecino de Boiro tiene a su cargo a su viudo de esta y las cosas tampoco están resultándole fáciles.

Explica que a su tío acaban de reconocerle 70 horas de atención mensuales, pero la nueva ley establece que son 90: «Acabo de recorrer por iso e porque non actualizaron os datos de capacitación económica. Compútanlle rendas da miña madriña falecida e iso altera a valoración económica». La resolución acaba de llegarle, pero la valoración se efectuó en agosto.

Otro escollo al que se enfrenta es el económico. Tiene que recurrir al sistema de libranza —el usuario recibe dinero para sufragar parte de los gastos de contratación a una empresa— porque no quedan horas disponibles en el servicio municipal de ayuda en el hogar. Señala que esto implica que en su caso solo recibe la aportación de la Xunta: «Sae moito máis caro. Eu desembolso máis de mil euros para que a Xunta me pague 500. Estou tirando dos meus aforros para coidar a una persoa dependente».

César Tarela subraya que la atención a personas dependientes «estase deixando na man das familias». En este sentido, manifiesta que él cuenta con mayor disponibilidad que otras personas porque su jornada laboral acaba a las tres de la tarde, pero recalca que hay muchas familias que deben hacer equilibrios para compaginar la atención y su vida laboral.

Con los años que lleva encargándose del cuidado de sus familiares, el boirense relata que ha adquirido bastantes conocimientos sobre cómo debe hacer: «Aprendes porque a necesidade aperta». También subraya la falta de profesionales cualificados.

CARMELA QUEIJEIRO

Un millar de dependientes acumulan cerca de un año de espera para ser valorados

La atención a las personas dependientes está en el punto de mira de las Administraciones y, especialmente, de las familias, sobre las que recae el peso de los cuidados. Un millar de barbanzanos con algún grado de dependencia acumulan casi un año de espera para ser valorados y, por lo tanto, para recibir la prestación que durante unas horas al día les permitirá contar con cuidados por parte de un profesional. La cifra corresponde a las tramitaciones efectuadas por los Servizos Sociais municipales de la comarca, pero es incluso mayor porque hay solicitudes hechas directamente ante la Xunta, a través de personal de los centros de salud u hospital y, en municipios como A Pobra, también desde el centro sociocomunitario.

Aunque las casuísticas son variadas y afectan a cualquier grupo de edad, el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento poblacional motivan que los demandantes vayan en ascenso. La trabajadora social de Muros Pili Esturao señala que «estou tramitando unha media de catro ao día. Pode haber xornadas sen ningunha solicitude, pero teño recibido ata seis xuntas».

A la demora de la Administración autonómica en atender las peticiones se suma la falta de horas de atención y de personal, lo que motiva que los solicitantes deban aguardar una doble lista de espera. Una vez valorados pueden transcurrir dos o tres meses hasta que reciben la ayuda: «Non hai suficientes auxiliares con titulación que poidamos contratar. Buscamos por todos lados», comenta Pili Esturao.

La prioridad son los ciudadanos con un grado de dependencia 3 y, después, los de nivel 2. Una trabajadora social barbanzana reconoce: «Unha persoa de grado 1 —que precisa ayuda para cosas puntuales— pode estar agardando eternamente».

En Servizos Sociais como el de Outes o Muros son más de 90 las tramitaciones en espera y en Mazaricos están en la franja de las 80. Sin embargo, en los departamentos de Ribeira, Rianxo o Noia superan el centenar. En ocasiones, cuando llega el resultado de la valoración se ha producido un empeoramiento de la situación del demandante que obliga a la familia a reclamar una revisión, lo que supone seguir a la espera.

Como ejemplo, en Servizos Sociais de Ribeira relatan el caso de un usuario que ha pasado por cuatro valoraciones: «La primera vez fue desestimado, la segunda se le determinó grado 1, en una nueva revisión le aplicaron el 2, pero ha empeorado y ahora es un grado 3 a la espera, desde febrero, de la confirmación».

Desajuste económico

Como indica una profesional ribeirense, los problemas van más allá: «No sirve de nada que valoren a mucha gente si no hay horas disponibles. Para tenerlas hay que ampliar las subvenciones».

Otro de los contratiempos, apuntan trabajadoras sociales de la comarca, radica en el desajuste económico: «La Xunta aporta una ayuda de 12 euros la hora, pero las empresas que optan a las licitaciones que hacen los concellos cobran 23».

Una de las empresas dedicadas a la prestación de estos servicios en buena parte de los ayuntamientos de Barbanza es Son a Túa Axuda, cuyo responsable es Ventura Bretal. La plantilla está integrada por unos 200 profesionales, pero señala que son necesarios más: «Hai un problema grande porque non hai persoal». Además de trabajar en el área barbanzana, la firma presta servicio en localidades de las provincias de Lugo y Pontevedra

La coordinadora en Ribeira de la empresa, María Jesús Rey, recalca: «Parece que non hai fin, que nunca logras atender a todo o mundo».

Manifiesta que «é un traballo con moitas peculiaridades e o seu desempeño tamén require ter certas cualidades».