Boiro despide a Antonio Rivas, el jardinero que hizo florecer el centro urbano

Laura Ríos
L. Ríos RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Antonio Rivas
Antonio Rivas CEDIDA

Fue uno de los encargados de plantar y cuidad las zonas verdes del municipio

14 jun 2024 . Actualizado a las 14:00 h.

El adiós es siempre un brebaje amargo, una pesadilla hecha realidad de la que nadie puede despertarse. Es peor aún cuando el ser amado era el pilar de un hogar feliz en el que su ausencia clama a gritos en cada esquina. Así define la boirense Mónica Rivas la repentina partida a los 75 años de su padre, Antonio Rivas González, Tucho, el ya histórico jardinero del municipio barbanzano. Sus manos plantaron muchos de los árboles y arbustos que en la actualidad bañan el casco urbano de belleza.

Aprendió el oficio como muchos otros, sin ir a ningún curso formativo ni escuela, sino trabajando a destajo y fijándose en como lo hacían sus superiores. Como si de un designio divino se tratara, su profesión le iba como anillo al dedo con su manera de ser, pues se caracterizaba por ser un hombre tranquilo y bondadoso. «Os veciños pedíanlle esgallos e el preocupábase de escoller os mellores, era unha persoa moi xenerosa», añade su hija entre sollozos.

La barbanzana lo describe como un alma caritativa cuya máxima preocupación era el bienestar de su familia. Para ello, trabajó durante años incluso a pesar de haber sufrido un accidente de pequeño que casi le cuesta la vida y que le dejó con dificultades para mover bien las piernas: «El espertaba pola mañá e movíaas para poder ir ao seu posto , nunca se queixaba da dor».

El amor de los suyos le dio la oportunidad de disfrutar de ver crecer a sus hijos y nietos, a los que nunca puso límites a la hora de escoger profesión: «Apoiounos moito a miña irmá máis a min e cos nosos fillos desfrutaba moitos de ver que son todos bos rapaces».

Los restos mortales de Antonio Rivas están siendo velados en el tanatorio de Boiro desde donde partirán, a las 16.30 horas, a la iglesia parroquial de Santa Eulalia para celebrar el funeral y posterior entierro en el cementerio municipal.