Sara Castiñeira y su madre, Jeni Villar, crearon un espectacular vestido con las páginas de La Voz de Galicia
04 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Carnaval es mucho más que una fiesta. Para quienes lo viven con intensidad es casi una declaración de intenciones donde la creatividad y la originalidad acostumbran a tener un papel muy importante. En este caso, un papel de periódico con sus columnas llenas de titulares, fotos y noticias publicadas por La Voz de Galicia y convertidas en un traje único de pura fantasía gracias a la maestría de Sara Castiñeira y de su madre Jeni Villar.
«A nena levaba tempo falando de que lle gustaría ir cun vestido de época e como compralo ou encargar que cho fagan nos parecía tan pouco orixinal, ocorréusenos a idea de facelo de papel de periódico», apunta la progenitora, natural de Mazaricos aunque actualmente residente en Cee y que reconoce haber escogido La Voz «porque é o periódico que lemos na casa dende fai moitos anos».
Con todo, tuvieron que echar mano de conocidos para recopilar más ejemplares porque los propios no alcanzaban para la confección del vestido victoriano. «Gastamos máis de 50 periódicos facendo o traxe porque ten moitos detalles e, en ocasións, rompíanos e tiñamos que meter capas dobres e triples», comenta Sara, que estos días es, con diferencia, la más fotografiada de los festivales a los que acude. De hecho, resultó ganadora de los concursos celebrados en Dumbría y Mazaricos este pasado fin de semana, y seguro también será de las más valoradas en el que tendrá lugar en Cee el próximo sábado donde también tiene previsto participar.
«A ela gústalle dende sempre disfrazarse e, claro, con este vestido está encantada porque todo o mundo se acerca para dicirlle que é moi bonito e orixinal. Non o fixemos para gañar ningún concurso nin moito menos, só porque se nos dan ben as manualidades e poder facelo xuntas foi máis divertido aínda que ir aos festivais», matiza Jeni, que reconoce que aunque fueron muchas las horas que les dedicaron a su confección, «pasaron rapidísimo. De feito, metémoslle moitos máis adornos e detalles dos que tiñamos pensado inicialmente porque case que nos daba pena acabalo».