Una intervención impulsada por la comunidad de montes de Baroña había devuelto el túmulo de Montemuíño a su forma original
12 ene 2024 . Actualizado a las 20:09 h.La comunidad de montes de Baroña, en el municipio de Porto do Son, presumía hace solo unos días de haber concluido una nueva intervención enmarcada en el plan de conservación del patrimonio situado en su ámbito de influencia: la recuperación de la mámoa de Montemuíño. Poco le duró al monumento su nueva imagen, puesto que ahora presenta unas profundas marcas dejadas por las ruedas de un vehículo, que lo atraviesan de un lado a otro. Desde la entidad creen que pertenecen a un todoterreno: «Fixo uns derrapes e despois ascendeu e descendeu pola mámoa», señala el presidente, Ovidio Queiruga.
El monumento fue objeto de una actuación durante las últimas semanas, que consistió en devolverle su forma original. La intervención se llevó a cabo de la mano del arqueólogo Manuel Lestón, bajo la supervisión de la Dirección Xeral de Patrimonio Arqueolóxico. Consistió, básicamente en retirar la biomasa y maleza que cubrían las piedras, para posteriormente colocar una capa de geotextil sobre el perfil excavado y realizar un relleno, de forma que el túmulo presenta ahora su perfil primitivo.
Por fortuna, los daños ocasionados por el vehículo que atravesó la mámoa no son en principio graves: «Afectaron ao material de recheo que se empregou para que a xente pudiese apreciar como era o monumento cando foi levantado, pero o túmulo está soterrado», explicó Ovidio Queiruga. Se desconoce la fecha exacta en la que se produjeron las marcas, pero el presidente de la comunidad cree que son de los últimos días: «Soubemos delas este xoves, pero vese que xa lles chovera por riba, así que cremos que son anteriores, aínda que probablemente desta última semana».
Aunque desconoce la intencionalidad de la persona que conducía el vehículo, Ovidio Queiruga cree que desconocía que estaba atravesando un monumento funerario característico de la cultura megalítica: «Penso que o fixo por descoñecemento. Veu o que pensaba que era un montón de terra e decidiu pasar por riba dun fin de entretemento». De hecho, el presidente de la comunidad de montes de Baroña sostiene que mejorar la señalización de este tipo de elementos patrimoniales es una vieja reivindicación de la entidad: «Preto desta mámoa existe un cartel, pero como en outros moitos casos, Patrimonio fixa unha distancia considerable para a súa colocación, polo que para moitas persoas pasa desapercibido e acaban pasando estas cousas».
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Sobre las posibles medidas que adoptará la entidad para evitar que sucesos como este se repitan, Ovidio Queiruga reconoció que encontrar una solución no es fácil: «Instalar un valado podería ser unha opción, pero penso que desvirtuaría a panorámica que se pode ter agora mesmo do monumento. Considero que é mellor sinalizar a zona, pero habería que colocar os carteis en lugares visibles». El presidente de la comunidad de montes añadió que la clave está en la concienciación: «Vemos o dolmen de Axeitos e a ninguén se lle ocorre pasar por riba, pero vemos un montón de terra e pensamos que son restos que alguén deixou aí. Hai que educar neste sentido, para que cando a xente está diante destes túmulos polo menos teña dúbidas do que poden ser».
La entidad ya puso lo ocurrido en conocimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio y tiene previsto reparar los daños hoy mismo.