El Santa Isabel reflota en New Jersey

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

El ribeirense Luis Crujeiras ha reproducido a escala el llamado Titanic gallego

13 oct 2019 . Actualizado a las 21:31 h.

Ahora que en los últimos tiempos se ha puesto de moda el naufragio del Santa Isabel y que surgen «especialistas» de debajo de las piedras, una de las personas que siempre ha estado vinculada al suceso acaba de construir a escala el legendario barco. Y lo ha hecho en su taller, situado a unos 5.300 kilómetros de distancia de donde se produjo el hundimiento, en New Providence, en el estado de New Jersey, justo al otro lado de ese Atlántico que el 2 de enero de 1921 fue escenario de una tragedia que marcó el devenir de la «muy noble, muy leal y muy humanitaria ciudad» de Ribeira. Se trata de Luis Crujeiras, natural de Carreira y ya casi ciudadano americano, que en la lontananza ha reproducido decenas de barcos, la mayor parte de los cuales están expuestos en el museo naval de Ferrol, pero ninguno como el histórico vapor.

Ha sido un trabajo de cuatro años, con el que Crujeiras decidió ponerse manos a la obra pensando que en enero del 2021 se cumplirá un siglo de uno de los accidentes marítimos más importantes de Galicia. Y no ha sido fácil, según cuenta, porque ya solo los dos primeros años de faena tuvo que dedicarlos a realizar los planos de formas, tomando como base la ampliación de un plano de disposición general, labor esta imprescindible para encajar todas las piezas, y a pesar de ello, se encontró con dificultades que le obligaron a rectificar sobre la marcha.

Maderas nobles

Todo el barco está hecho con maderas nobles, de roble e incluso cerezo, lo que, por un lado, garantiza durabilidad, pero por otro, supuso una minuciosa dedicación ya que la dureza del material dificultaba los cortes, cuando no acababan rompiendo las piezas: «No tengo conocimientos de carpintero de ribera, por lo que no me ha sido fácil, primero, hacer las piezas, y luego encajarlas sin fallos. Y, por encima, el tamaño y el consiguiente peso del barco me dificultaba moverlo». Y es que la nave tiene 1,80 metros de eslora, 23 centímetros de manga y 65 centímetros de puntal.

La totalidad de la obra ha sido confeccionada por Luis Crujeiras en su pequeño taller situado en la otra orilla del Atlántico y con la ilusión de que el Concello de Ribeira apueste por traerla para que sea expuesta permanentemente en la ciudad. De hecho, ya hay contactos que el autor espere que lleguen a buen puerto.