Un productor contrató a las dueñas de un negocio para preparar el desayuno en una fiesta de fin de rodaje de una serie
19 may 2021 . Actualizado a las 21:17 h.Poco imaginaba Sarai, que junto a sus hermanas Jasmin y Eva González montó una churrería en Ribeira en diciembre, que acabaría preparando el desayuno a estrellas de la pantalla como Tito Valverde o Ángela Molina. Lo de codearse con famosos no es algo nuevo para Sarai, que durante varios años trabajó como maquilladora, primero en Madrid y luego en Galicia. Precisamente, fue un productor con el que había coincidido en una serie el que, conocedor de su nueva aventura laboral, la llamó por teléfono para hacerle un encargo tan especial.
Explica Sarai que «vio unas fotos de que habíamos abierto la churrería y como conservaba mi teléfono pensó en contratarnos». La aventura no fue pequeña, porque Sarai y su hermana Jasmin tuvieron que desmontar parte de su negocio para, a las dos de la madrugada del pasado sábado, emprender camino hacia la localidad pontevedresa de Fornelos de Montes. Freidora, amasadora, harina, leche y chocolate acabaron en el coche.
El lugar en el que las dos hermanas tuvieron que elaborar los churros tampoco fue nada convencional. El fin del rodaje de esta nueva serie de televisión, nacida de la mano de Bambú Producciones, era nada menos que un camposanto.
A las puertas del cementerio
Bajo una persistente lluvia y a las puertas del cementerio, en una carpa debidamente acondicionada para resguardarlas, Sarai y Jasmin iniciaron la tarea de elaborar los churros para la fiesta de fin de rodaje. Sarai sabe bien como son esas celebraciones porque durante su etapa como maquilladora en series televisivas ha participado en varias, pero explica que su hermana Jasmin estaba muy emocionada.
Desde las 4.30 horas y hasta las 9.30 de la mañana, ambas hermanas pusieron a disposición del equipo decenas de churros y prepararon unos 22 litros de chocolate. Entre quienes tuvieron ocasión de saborearlos estaban los actores Tito Valverde o Ángela Molina, aunque tan atareadas estaban las ribeirenses que apenas tuvieron tiempo de ver a los intérpretes que consumían el dulce desayuno en una carpa habilitada para ello, y situada solo a unos metros de la improvisada churrería de las jóvenes.
Explica Sarai con satisfacción que gustaron y convencieron: «Cuando se iban venían a saludarnos y a decirnos que les habían encantado». También comenta que el personal del equipo fue muy atento: «Nos ayudaron a preparar todo. A las cuatro de la madrugada ya teníamos las cosas listas para empezar».
Aunque estas jóvenes emprendedoras se han hecho famosas por elaborar churros de Oreo, Kit Kat o la Pantera Rosa, en esta ocasión se decantaron por el formato tradicional. La experiencia supuso un trabajo extra, pero mereció la pena.
Maestras para otras emprendedoras de la ría de Arousa
La opción de convertirse en churreras les surgió a estas tres hermanas ante la necesidad de buscar una fuente de ingresos, ya que el covid las impedía continuar acudiendo a ferias. Su fama parece que ha ido extendiéndose porque, explica Sarai, hace unos días se presentó en su puesto de Ribeira una vecina de Vilanova de Arousa para que les enseñasen a elaborar churros y, así, poder montar su propio negocio. Las hermanas reconocen que el éxito alcanzado las pilla por sorpresa.
