A 30 kilómetros de Vigo, la fraga del río Barragán lo tiene todo para sacarse un selfi y subirlo a Instagram: una fervenza de ensueño, un castro medieval cubierto de musgo, pasos de piedra y molinos con levadas.
La mano de obra nepalí del barco, ajena a las gestiones para importar 3.824 kilos de coca, deambula por Vigo sin casa, permiso de residencia ni trabajo para vivir y sabiendo que el juicio llegará al 2025