Movilizaron a un pueblo para conseguir la mayor manifestación popular que se recuerda
25 ago 2022 . Actualizado a las 09:27 h.El pulpo tiene ocho tentáculos, de los cuales uno de ellos (el llamado órgano copulador), es ligeramente más largo que los demás. Pero su punta es de sabor amargo, por lo que debe cortarse antes de la cocción. Podemos decir entonces que tan solo siete de los ocho tentáculos del sabroso e inteligente pulpo se salvan en su totalidad. Y así mismo sucede con las siete bravas mujeres de Palmeira quienes, por si solas, sin necesidad del apéndice político del octavo tentáculo, fueron capaces de movilizar a un pueblo para conseguir la mayor manifestación popular que se recuerda. Esta vez, en pro de la sanidad.
Casi nadie faltó. Ni los actos paralelos de carácter lúdico religioso fueron capaces de mermar una asistencia multitudinaria, que hizo sentirse pequeños a quienes no secundaron una manifestación que llenó el aire de eslóganes que no dejaban duda de su intencionalidad. Incluso el de la traca final del acto, cuando el calor hacía mella en las cabezas, y se gritó el consabido: «¡Palmeira libre, sangre y arena!»
Verán, el derecho constitucional a manifestarse debe ser libre y no condicionado por nada ni nadie. Por ello, mi mayor respeto para quienes decidieron no asistir a la protesta. Pero a medida que doy forma a este artículo, pienso que sí hubo quienes, aunque obligados a estar, no lo hicieron: la Policía Nacional, la Policía Local y Protección Civil. La manifestación estaba autorizada por la Delegación del Goberno y, no se sabe bien porqué, ni un solo miembro de dichos organismos estuvo presente en momento alguno del largo recorrido para proteger al millar de personas que ejercían su derecho a manifestarse. Solo gracias a la colaboración vecinal y a la plausible conducta y paciencia de los conductores de vehículos atrapados en la manifestación, no hubo que lamentar altercado alguno.
Sin embargo, todo tiene arreglo para lavar la imagen de los políticos responsables de no ordenar un razonable despliegue de fuerzas del orden. Así que, ahora que la Festa do Polbo de Palmeira ya está anunciada para los próximos días 27 y 28, y dando por seguro que las autoridades y agentes del orden y protección civil estarán presentes como siempre, propongo que, a modo de desagravio para esas siete mujeres (tan fuertes como los intocables siete mejores tentáculos del pulpo), organizadoras de la protesta vecinal, sean ellas quienes lean el habitual pregón, aunque lo hagan de teloneras. Y ya puestos, me van a permitir que a esas valientes amazonas, les sugiera el principio y el final del texto pregonero: ¡Non, non, non, Palmeira non se pecha! ¿Verdad que ya les suena?
Ata o de aquí, falabamos da sanidade; pois A Festa do Polbo estará aberta e ben protexida polos eficientes, aínda que escasos e as veces estrañamente ausentes, equipos de seguridade municipais.