Familias de acogida de niños saharauis: «Conto as horas para poder abrazalo»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

Elena Lema, Manuel Martínez y María José Gude están ansiosos por recibir a los pequeños saharauis
Elena Lema, Manuel Martínez y María José Gude están ansiosos por recibir a los pequeños saharauis CARMELA QUEIJEIRO

Tres pequeños llegarán el lunes para pasar el resto del verano en Ribeira

16 jul 2023 . Actualizado a las 21:14 h.

Desde que nacieron viven en unas condiciones muy duras, en campos de refugiados sin apenas luz y agua, con escasos alimentos y con un clima adverso, con temperaturas de 50 grados en verano y un frío extremo en invierno. Para que puedan descubrir otra forma de vida y disfrutar de unas verdaderas vacaciones, tres familias de Ribeira recibirán en sus casas a niños saharauis a los que ya están deseando conocer y arropar.

«Conto as horas para poder abrazalo», confiesa María José Gude, que se estrenará este lunes como madre de acogida. «Era algo que sempre quixen facer, pero primeiro tiña aos meus nenos, que coidar a dous dependentes e tamén traballar. Fun deixándoo ata agora que os fillos xa son grandes, e penso que era o momento», apunta.

Aunque solo pasará con ella mes y medio, María José Gude sabe que será una experiencia muy satisfactoria, «porque todo o que sexa poder axudar a estas criaturas é bo». La ribeirense sabe que incrementará su familia con una niña de 9 años, y ya tiene todo listo en casa para que se sienta cómoda, e incluso ya la apuntó a un campamento en el Natural Sport para que «poida relacionarse e xogar con outros nenos polas mañás». Las posibles dificultades que pueda surgir por hablar en idiomas diferentes es algo que le preocupa bastante, pero por lo que le han contado otras familias del programa Vacaciones en Paz, los pequeños suelen aprender muy rápido y siempre se hacen entender.

 Hacerlos felices

También será la primera vez que participe en esta iniciativa Manuel Martínez, que tiene muy claro que su intención es «dedicarle todo el tiempo y dedicación al pequeño. Darle una ilusión y que sea feliz». Él cree que todo pasa por algo, y justo hace unos días le comentaron que uno de los niños se había quedado sin familia de acogida, así que no se lo pensó dos veces, y canceló hasta septiembre sus viajes —trabaja de capitán en la marina mercante—. «En África vi la tristeza más grande que uno se puede imaginar, y si puedo ayudar en algo a uno de estos pequeños, voy a intentar hacerlo lo mejor posible».

La que ya es toda una experta en acoger niños saharauis es Elena Lema, que ya suma dos décadas participando en este programa, en el que ha podido conocer a seis pequeños, con algunos de los cuales mantiene el contacto. «Comecei con isto porque vin a noticia no xornal, e pensei que era unha iniciativa moi interesante», apunta, al mismo tiempo que insiste en que «se a experiencia non fose boa, non houbese repetido».

Para ella todo ha sido positivo, y apunta que no hay que tener miedo por si, al principio, no se les entiende muy bien. «Eles veñen cunha base, pero ao final acaban falando coma nós, sempre zafan eles máis que nós», reconoce. Entre todos los niños que saharauis que han pasado por su casa, tiene especial cariño por el primero, con el que llegó a perder el contacto, pero que recuperó gracias a Facebook.

«Eu pensei que non tiñan internet, e foi el quen me atopou nas redes sociais. En canto deixaron viaxar tras a pandemia, collín un avión e marchei a xunta del», relata Elena Lema, que espera poder repetir ese encuentro muy pronto. Aquel pequeño ahora ya tiene 30 años y tres hijos, y su familia saharaui ha forjado un gran vínculo con su otra familia ribeirense.