«Causouse sensación», explica Alfredo Freire, gerente del restaurante Aldeola. Se refiere a Manolo Escobar. Sin duda, triunfó. Casi 1.000 personas se acercaron en la noche del sábado hasta la parroquia de Cerqueda (Malpica) para ver a uno de los coplistas con mayor trayectoria en el panorama musical español. Unas 600 degustaron la cena y el correspondiente espectáculo, pero los restantes acudierón únicamente para ver a la estrella. Abrió la actuación con el Porompero y la cerró con otra de las míticas: su Que viva España. Deleitó a sus espectadores (casi todos sentados, para no perderse nin un ápice del momento) con una hora y media de buena música y mejores recuerdos. Desde el público se le reclamaba una y otra vez Mi carro. Sin duda, la experiencia, explica Freire, «foi moi satisfactoria». Tanto que, para el futuro, ya se vaticinan nombres como Georgie Dann o Pimpinela. De momento, este sábado, llegarán Raigañas, Malante y Ritmo Joven.