«Es muy raro el barco que no paró alguna vez en Camariñas»

Eduardo Eiroa Millares
e. eiroa CEE / LA VOZ

CARBALLO

La entidad que preside celebra este verano sus 20 años de vida

05 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Club Náutico de Camariñas es una institución. Fue la primera entidad de la Costa da Morte en prestar servicios a embarcaciones deportivas y sigue siendo hoy la más activa de la comarca y las más conocida. El 9 de agosto celebrará sus primeros 20 años de vida. Desde hace poco más de dos años su presidente es Alberto Artaza Varasa (A Coruña, 1964), un abogado que quiere mejorar los servicios que presta la entidad y aumentar el número de socios.

-¿De dónde le viene el vínculo con Camariñas y su puerto deportivo?

-Mi padre fue uno de los fundadores, junto a otros entusiastas de aquel proyecto. Desde 1991 tengo relación con el club. Cuando José Luis Blanco lo dejó, fue ese vínculo sentimental el que me hizo presentar una candidatura. Y hasta aquí.

-¿Cómo se gobierna un club como el camariñán?

-Pues es un trabajo difícil, porque al final hay mucho por hacer, poco tiempo para hacerlo y pocos recursos. Todos sacamos tiempo de donde podemos. En su día nos marcamos unos objetivos y los vamos cumpliendo.

-¿Cuáles son esas metas?

-Pues por ejemplo conseguir la bandera azul. Prácticamente cumplimos ya todos los requisitos para que nos la otorguen. Además, esperamos conseguir le gestión del puerto deportivo en concesión por otros 20 años, porque actualmente estamos trabajando en régimen de autorización temporal. Queríamos también mejorar los servicios e infraestructuras y lo hemos hecho. Tenemos calefacción en las instalaciones, servicio de lavandería, baños y duchas renovados, red wifi y una página web muy activa. También hemos logrado aumentar el número de barcos en tránsito que paran en Camariñas.

-¿Hay mucha demanda de amarres por parte de visitantes?

-El año pasado alcanzamos los 993 barcos. Nos quedamos a siete de los mil y queremos alcanzar esa cifra simbólica. Me sorprende lo conocida que es Camariñas en Galicia y fuera de Galicia, a pesar de tener un puerto pequeño y relativamente aislado. Es muy raro el barco que no ha recalado alguna vez en Camariñas. Y entre los que vienen hay un grado de repetición muy alto.

-Será porque les gusta y se van contentos.

-En el club le hacemos una encuesta de satisfacción a todos los que llegan y la media que nos dan es de un ocho, aunque muchos nos ponen un diez. El buen ambiente y la hospitalidad, además de los servicios, son muy importantes.

-¿Cuál es el perfil del marino que recala en Camariñas?

-El puerto está muy orientado al transeúnte extranjero y una buena parte son barcos de Francia. El año pasado, un tercio de los que llegaron eran franceses. El prototipo es el de un matrimonio de jubilados que llega en un velero de unos diez o doce metros de eslora, gente experimentada y sin prisa a la que, si les gusta un puerto, se quedan. El año pasado recibimos a tripulantes de 30 nacionalidades distintas. La gente que viene busca aquí descanso, contacto con la naturaleza. No estamos en la línea de Sanxenxo o Baiona, aquí es menos importante la vida social.

-Después de 20 años de historia, ¿cómo están las instalaciones?

-Pues nos damos cuenta de que están bastante castigadas. Los inviernos en Camariñas son muy duros y habría que pensar en una operación de mantenimiento más profunda hasta que podamos trasladarnos.

-¿Cuentan con hacerlo pronto?

-Hay un proyecto de puerto deportivo a medio plazo. Tal vez en tres o cuatro años podamos inaugurar las nuevas instalaciones.

-¿Están muy saturadas las actuales?

-Tenemos 83 amarres y unos 30 barcos con base allí. Vamos a hacer una campaña para captar más buques en el entorno, en municipios como Vimianzo, Carballo, Laxe, Malpica, Negreira y Dumbría. De todos modos, para las naves en tránsito las instalaciones se han quedado pequeñas. En julio y agosto se quedan fuera hasta 30 yates en un solo día solicitando amarre porque no hay sitio.

-Y entre toda esa cantidad de visitantes seguro que hay anécdotas curiosas.

-Hace poco entró un barco de 30 metros, muy lujoso, era del dueño de unos astilleros escoceses y llevaba cinco personas y tripulación y cinco de marinería. Se iban a pasar unos meses al Mediterráneo, a Grecia y por ahí. Despertaba una envidia extraordinaria.

-¿Es muy caro poder dejar un barco amarrado en Camariñas?

-Creo que somos el puerto deportivo más barato de Galicia y además con todos los servicios, tenemos trávelin para sacar las embarcaciones, talleres y muchas otras cosas. Y somos un club pequeño, coqueto y con muy buen ambiente. Esos son los atractivos, aparte de que somos prácticamente el único punto de recalada en la zona.

-¿Cómo van a celebrar su 20 cumpleaños?

-Organizaremos algunas actividades, además, quiero reunir a todas aquellas personas que han sido en algún momento directivos del club, que son cerca de 60, para hacer con ellos una comida y hablar del pasado y del futuro de la entidad.

-¿Cómo ve el desarrollo de las instalaciones náuticas en la comarca?

-Los puertos deportivos van muy lentos. Para que la Costa da Morte despegue en este ámbito, que puede hacerlo, es necesario trabajar más y hacerlo más coordinados. En Fisterra y Corcubión, por ejemplo, las infraestructuras son escasas.

-¿Y usted disfruta mucho del mar?

-Tengo una motora todo el año en los pantalanes y disfruto muchísimo algunas mañanas soleadas de invierno, saliendo a navegar, cuando no hay barcos en mar, me voy con el barco hasta Cabo Vilán y eso es una maravilla.

Alberto Artaza presidente del club náutico de camariñas