Después del rotundo éxito del año pasado, con la novedad del final de etapa en O Ézaro, la Costa da Morte, especialmente los concellos implicados por los que pasa la Vuelta a España, están volcados en el recibimiento de una ronda ciclista con repercusión internacional, que acabará por primera vez en su historia en el emblemático Cabo Fisterra.
En lo estrictamente deportivo la etapa se presenta animada, especialmente después de la actitud que mostraron ayer Joaquim Purito Rodríguez y Alejandro Valverde, las dos máximas esperanzas españolas, que apuraron hasta el último instante para arañarle los segundos de bonificación al principal favorito Vicenzo Nibali, que perdió el maillot rojo en Vilagarcía.
La infernal subida al Mirador de O Ézaro, con las rampas más duras de la Vuelta, que según algunos expertos superan incluso el 30 % en puntos muy concretos, tiene todas las papeletas para marcar el desarrollo de la prueba. Si Valverde y Purito repiten la competitividad de hoy, los últimos 30 kilómetros de camino a Fisterra se pueden convertir en un verdadero reto para los que queden rezagados en la ascensión.
Al margen de estas disputas, la cita lo tiene todo para ser una gran fiesta del deporte, que se puede disfrutar en numerosos puntos de Dumbría, Cee, Corcubión y Fisterra, donde los concellos y varios clubes deportivos establecen sus propias actividades.
Para quienes quieran ver el paso en directo de los ciclistas, el horario más rápido, con una media de 42 kilómetros por hora, prevé el inicio de la subida a O Ézaro a las 16.36, la llegada al centro de Cee a las 17.02; a Corcubión, a las 17.06, y el final en Fisterra, a las 17.27. En cualquier caso, dada la previsible afluencia masiva de público y las propias restricciones de la caravana, con cortes de tráfico incluidos, la organización recomienda acudir con antelación suficiente.