Las últimas funciones confirmaron el buen nivel global del festival carballés
03 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Un año más, el FIOT se reservó para su recta final varias de las piezas más destacadas del programa. Pero a diferencia de la edición del 2012, en la que el último arreón de Els Joglars y Carmen Machi permitió compensar algunas decepciones previas, en esta ocasión el buen sabor de boca dejado por Emilia y Maridos y mujeres no hizo sino confirmar el buen nivel alcanzado durante todo el festival, que arrancó ya con otra de las piezas mejor recibidas por el público carballés, André e Dorine.
Para el colaborador de La Voz de Galicia, José María de la Viña, que calificó el FIOT 2012 con una nota media próxima al 6 (sobre 10), este año la calidad ha aumentado hasta superar el 7, notable por tanto. «Foi un FIOT bastante bo, dos mellores que lembro e a diferenza doutros anos non houbo ningunha obra que non me gustara nada», explica.
Su puntuación más baja se quedó en un 5 -para las Criaturas de Teatro do Aquí-, mientras que la más alta fue para la última función del programa, Emilia de Producciones Teatrales Contemporáneas, con un 9, seguida de Maridos y mujeres y André e Dorine.
No hubo más sorpresas, cuenta también De la Viña, «que a de ver o éxito sucesivo que sigue acadando o FIOT e que fai que se manteña o problema da falta de entradas». Y para tratar de remediar esto, insiste en una idea ya manifestada en ediciones anteriores, pero que hasta la fecha no ha encontrado eco en los organizadores: realizar funciones dobles de algunos de los espectáculos.
Las actividades paralelas
De la Viña analizó también el hecho de que algunas propuestas de la programación paralela, como el Café con..., no hayan alcanzado la aceptación que cabría esperar, y apuntó varias causas. «Debería facerse ao remate da obra porque así a xente non vai porque non sabe que preguntarlle aos actores ou directores se aínda non a puido ver a obra», razona antes de apuntar otras causas de esa escasa acogida: el horario -que con el de la función obliga a los participantes a dedicarle entre 3 y 4 horas casi seguidas- y la publicidad insuficiente.
Aun así, el crítico destaca la afición creciente a las representaciones en Carballo y la presencia de un público con una educación teatral creciente.