El Banco Santander aparta al comercial de sus funciones y envía a auditores desde Madrid para esclarecer lo ocurrido
29 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El agente de Laxe, adscrito al Banco Santander, José Fermín Simal Ramos, utilizó y modificó los fondos de un centenar de clientes. Son en su mayoría vecinos de Laxe, aunque hay afectados de concellos limítrofes. También hay emigrantes que a lo largo de los últimos nueve años confiaron sus depósitos a este comercial, que se encuentra en paradero desconocido desde que estalló el escándalo. Fuentes del Santander confirmaron que el agente fue «retirado de su puesto» a la espera de que los auditores esclarezcan lo ocurrido con el dinero supuestamente distraído, que algunas fuentes cifran en 3 millones de euros.
El personal de la sucursal de Ponteceso continuaba ayer atendiendo e informando a los numerosos clientes que se acercaron hasta la oficina. En apenas tres días pasaron por la oficina unas 200 personas. Con DNI en la manos y las libretas oficiales y, en algunos casos, con las anotaciones manuscritas realizadas por José Fermín Simal Ramos, los afectados trataban de recabar información. El personal realizaba fotocopias de todos los documentos y justificantes que, posteriormente eran remitidos a los auditores, venidos de Madrid, que centralizan toda la información para saber qué ha pasado realmente con los fondos. En otras ocasiones es el propio banco el que llama a los clientes para que se personen en el despacho de Ponteceso.
El abogado carballés Gaultier de la Serna explicó en Radio Voz Bergantiños que «dada la cantidad de personas afectadas y el volumen de dinero supuestamente desviado es aconsejable que los afectados se agrupen para reclamar por vía judicial. De la Serna no se explica «como una entidad como el Santander no se percató de que, por ejemplo, en una cuenta faltaban 120.000 euros». Y añadió: «¿Qué clase de auditoría hizo la entidad? ¿A dónde fue todo ese dinero? Y si se concedieron créditos, ¿dónde están auditados? Alguien tiene que aclarar todo esto cuando se está hablando de un procedimiento completamente informatizado».
El abogado dijo que es «prematuro» sacar conclusiones hasta que la auditoría esté finalizada pero, según él, el agente de Laxe pudo incurrir en un «delito de estafa continuada, combinado con apropiación indebida y falsedad de documento privado».
Simal, según explican algunos afectados que pidieron la reserva de su identidad, se ha esforzado en los últimos meses por evitar que la situación se descontrolase. Afirman que todo el que acudía a él con quejas sobre el estado de sus cuentas o el impago de los intereses recibía una respuesta satisfactoria. Aunque con métodos poco ortodoxos, como las anotaciones contables a bolígrafo en las libretas, les reponía las cantidades indicadas. Incluso, siempre según estas fuentes, llegó a comprometer su importante patrimonio inmobiliario como garantía de que todas las presuntas irregularidades quedarían resueltas en el ámbito interno. De tal modo, que estos activos servirían como garantía ante los clientes y el propio banco de una satisfactoria resolución de lo ocurrido.