Además del embalse de Fervenza, Bárcena se ha encargado durante muchos años de elaborar el censo del tramo de costa entre Cabo Touriñán y Monte Louro. A este respecto observó, desde el año 2007, una disminución en el total de aves acuáticas invernantes, y una tendencia paulatina a la baja. El mínimo -según sus datos, puede que a día de hoy ya se haya batido esa cifra- se alcanzó en el 2014, cuando el número de aves no superó las 15.000. En el 2006 estaba cerca de las 28.000.
En esa última anualidad, las aves que invernaron en el área fueron diversas especies de gaviotas (57 %), patos (22 %), cormoranes (9 %), limícolas (7 %) y otras (somormujos, colimbos, garzas... hasta un 5 %).
La presencia de las distintas aves invernantes suele ser bastante estable año tras años. La tendencia a la baja podría explicarse a causa de una mayor presión cinegética, como en Fervenza, y por parte de los habitantes o de quienes acuden a descansar.