El Materno trata cada año 20 nuevos casos de cáncer infantil

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

CESAR QUIAN

El hospital y la asociación de enfermos conmemoró el Día del Niño Oncológico con un recital de Rosa Cedrón

16 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Eloy, «unas castañuelas», en palabras de una de sus doctoras, se ha convertido en el auxiliar de enfermería más precoz del Materno. Con su pañuelo en la cabeza, echa una manito colocando bandejas y repartiendo besos y abrazos en el hospital de día. Allí tiene que acudir, ahora sin tener que quedarse, a recibir ambulatoriamente su tratamiento. Tiene solo tres años y cáncer. Cada año, son una media de 20 los pequeños a los que se les detecta un tumor en el Hospital Teresa Herrera.

Ayer, la quimio sonó diferente. Muy cerca de esa sala que atenúa el gotero con dibujos, cuentos y calor, mucho calor humano, Rosa Cedrón cantaba y contaba estrellas fugaces. A iniciativa de la Asociación Española Contra el Cáncer y la Xerencia de Xestión Integrada de A Coruña, se conmemoró el Día del Niño Oncológico con un pequeño recital para los pequeños ingresados, al que se sumaron también la profesora Yelena Acosta y alumnas de Presto Vivace.

«Aquí dentro -decía la ex cantante de Luar na Lubre enseñando un pen drive- llevo a Miguel Artús, mi pianista, ¡con piano y todo!». Les cantó Perseida, y les coló el reto de buscar una en el cielo de verano y pedir un deseo. La escuchaban, también, un grupo de padres. En sus caras no era difícil adivinar qué ruego dirigen al firmamento sin esperar a que llegue el sol.

Tras el concierto, atentamente seguido por pequeños en pijama y zapatillas, a las artistas se sumó Elena Viturro, presidenta de la junta coruñesa de la Asociación Contra el Cáncer, en una visita a los espacios en los que se trata a los niños asaltados en plena infancia por el cáncer. Ayer eran dos los que estaban ingresados.

El Registro Nacional de Tumores Infantiles señala que la incidencia es de 155 casos por millón de habitantes, lo que significa unos 1.100 nuevos jovencísimos pacientes cada año en España, 20 en A Coruña. En su gran mayoría, sufren leucemias, pero también tumores del sistema nervioso central, linfomas y neuroblastomas. Los datos del equipo que los trata en el Materno, que atiende también a los enfermos pediátricos de Ferrol y de la Costa da Morte, reflejan que el cáncer infantil «no va a más» y los tratamientos y ensayos van mejorando el pronóstico. «La mayoría entran en remisión con quimioterapia, cada vez son menos los que necesitan un trasplante de médula», subrayaron.

CESAR QUIAN

«Cuando ingresa un niño, ingresa su familia»

Ana Alas Barbeito (A Coruña, 1973) es pediatra y trabaja en el área de Oncología del Hospital Teresa Herrera de manera continuada desde el 2011, un centro que conoce bien puesto que en él completó su especialidad.

-¿Se está ganando la batalla al cáncer infantil?

-Se ha avanzado mucho en los últimos veinte años. La mejoría en los tratamientos ha conseguido ir aumentando las tasas de supervivencia, que ahora están en un 77-80 %, aunque siempre depende del tumor. No todos tienen el mismo riesgo y pronóstico.

-Los tratamientos parecen aún más duros si se trata de niños.

-Sí, hay algunos que necesitan ingresos repetidos, y a veces muy largos, de más de un mes, sobre todo en las primeras fases. Y además en aislamiento. Afortunadamente, ahora contamos con una área de hospitalización humanizada, muy mejorada, con zona de juegos propia y, aunque están aislados, pueden salir de la habitación y estar con otros niños de la planta.

-¿Cómo llevan los padres el impacto de la enfermedad?

-El impacto es tremendo. Cuando ingresa un niño, ingresa su familia. La enfermedad rompe toda la rutina del hogar. Al menos uno de los padres está permanentemente con ellos, de hecho en las habitaciones hay una cama para ellos. Lo más duro es el primer ingreso por el propio choque del diagnóstico, que en muchos casos, si los niños son pequeños, no perciben tanto como sus padres. Y después están los grandes olvidados entre comillas: los hermanos del niño enfermo. A menudo sufren en silencio todo lo que conlleva la enfermedad.

-¿Cuentan con herramientas de apoyo?

-Intentamos ayudar en todos los ámbitos y con un apoyo desde todos los sectores, multidisciplinar. Todo el personal trata de volcarse, no solo las enfermeras, sino también las profesionales de trabajo social y por supuesto los psicólogos.