La mayoría de las unidades coladas a particulares, autónomos y empresarios de la zona son de 20 y 50 euros
28 nov 2018 . Actualizado a las 12:03 h.«Veu unha señora maior e preguntoume se podía comprobarlle un billete que levaba na carteira. Era de 50 euros e sospeitaba que era falso. Comentoume que llo deran noutro sitio, aínda que non me dixo onde. E si, resultou ser falso. Entón, a señora colleuno e levouno con ela». Así relataba ayer una empleada de un supermercado de Carballo un episodio ocurrido la semana pasada en el centro en el que trabaja.
Otro empresario relató este lunes que había acudido a la sucursal de Abanca en Carballo para hacer un ingreso, pero uno de los billetes, también de 50 euros, ya no pasó los filtros de comprobación: «Collérono e marcárono no banco» para enviarlo a la Fábrica nacional de Moneda y Timbre. Y adiós a los 50 euros.
Caso sangrante
Pero el caso más sangrante conocido es el de un autónomo carballés, que prefiere mantenerse en el anonimato, poseedor de «máis dunha ducia de billetes falsos, de 20 e 50 euros». Son fruto de ingresos que sus empleados realizaron a proveedores dentro de sus labores propias de comerciales: «Esta semana xa van tres e no que vai de mes creo que son uns seis», indicó.
Pero en su domicilio guarda bastantes más ejemplares: «Na casa debo ter máis de 500-600 euros en billetes falsos». Todos ellos colados en los dos-tres últimos meses. Y desconoce su procedencia: «Os empregados cobran e moitas veces meten os cartos todos xuntos e, claro, non se paran a mirar e logo dáste de conta de que son falsos».
Argumento
Para argumentar su testimonio este afectado trae cuatro billetes, todos ellos de 50 euros. Cada uno tiene un color diferente y su textura, también, es distinta. Uno de los ejemplares no lleva el holograma, y otro que sí lo lleva, no se corresponde con el emitido por la Fábrica nacional de Moneda y Timbre. Pero lo que no tiene ninguno es el número de serie, obligatorio por otra parte. «Os catro son falsos», aseguró este hombre. Es más, al pasar el bolígrafo que debería detectar si son legales o no, en los cuatro billetes, solo en uno esa marca se vuelve de color negro: «Nos outros tres mantense na cor orixinal e, polo tanto, indica que son verdadeiros, cando non o son».
Según explicó ayer, hace algunos días que se empezó a rumorear de la existencia de billetes falsos en Carballo: «Chamáronme de Cee, xusto cando se publicou a noticia na Voz, alertáronme de billetes falsos, pero aínda así xa ves... Eu xa tiña algúns na casa antes de que saíra no xornal».
Este afectado lleva consigo el bolígrafo, aunque no lleva una máquina ultravioleta: «Non podo andar cobrando á xente e levar ese chisme comigo. O que farei a partir de agora é cobrar por TPV e punto, porque isto xa é moito».
Pago en liras y rupias
Pero la picaresca va más allá del delito de falsificación de moneda. Los hay que pagan sus consumiciones y el tabaco con monedas de 500 liras y de 10 rupias, que pasan por monedas de 2 euros. «Se da mucho en días de mercado, en Navidad o el San Juan. Tienes mucha clientela y cobras rápido a los clientes y no te fijas hasta que haces la caja del día», comentó el dueño de un bar.
Un detenido en Cee es la excepción a unos afectados que en su mayoría optan por no denunciar
Agentes de la Policía Local de Cee detuvieron el día 20 a un individuo, investigado por un supuesto delito de falsificación de moneda. Lo vinculan con la introducción en el mercado de billetes falsos a través de establecimientos hosteleros de la zona.
El primer aviso se produjo en Mazaricos, donde el dueño de un local detectó que un cliente trataba de abonar una consumición con un billete de 50 euros, que resultó ser falso.
Según los investigadores, J. P. B., nacido en 1996 y vecino de Ponferrada, se trasladó luego a Cee, logrando colar un billete de 50 euros, supuestamente falso, en el Talieiro de Brens. También lograría su cometido en el Bar Rodín, de Cee. Sin embargo, el dueño de La Tasca de Brens se percató de la estafa y denunció los hechos.
El supuesto poseedor de los billetes fue localizado sobre las ocho de la tarde de aquel mismo día 20 en Cee. J.?P.?B. no portaba documentación personal alguna ni billetes. Se negó a prestar declaración y tampoco relató cómo los habría conseguido. Lo que sí solicitó fue que lo enviaran al hospital Virxe de Xunqueira debido a que, según él, sufría síndrome de abstinencia. Quedó custodiado por la Guardia Civil a la espera de pasar a disposición judicial, quedando en libertad condicional a la espera de juicio.
Hasta el momento se han presentado dos denuncias, aunque lo habitual, según apuntaron ayer en la Guardia Civil, es que se opte por no denunciar por temor a las burlas. En todo caso, en el instituto armado instan a los perjudicados a que lo hagan para investigar la procedencia de los billetes.
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