ENTREVISTA | JOSÉ CARLOS LEIS CARUNCHO | El técnico, ahora absuelto, rompe su silencio después de ocho años imputado y de pasar incluso por el banquillo
15 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El arquitecto y urbanista José Carlos Leis Caruncho (Cee, 1961), técnico municipal de Carnota desde hace más de 25 años, acabó envuelto en la operación Orquesta e incluso se tuvo que sentar en el banquillo de los acusados. Ahora, absuelto, rompe su silencio y denuncia el daño personal y profesional que le ha causado verse implicado en este caso, además en el 2011 cuando estaba en su mejor momento profesional y con la obra emblema de su carrera, la Casa da Cultura de Cee (CCC), diseñada en 1997 y construida durante 18 años.
-¿Qué le supone esta absolución?
-La sentencia consigue que, por fin, después de ocho largos años de obligado silencio, me atreva a hablar públicamente de las falsedades vertidas contra mí en el sumario. Decido hacerlo porque considero que es una terapia imprescindible para empezar a superar las secuelas producidas por el irreparable daño hecho a mi imagen pública y a mi honor.
-¿Qué es para usted la operación Orquesta?
-Un auténtico esperpento judicial, más propio de cualquier república bananera que de una democracia europea del siglo XXI. Difundió una imagen tercermundista de la Costa da Morte, dilapidó varios millones de euros de dinero público, retrasó durante cuatro años la apertura de la CCC y, lo que es mucho más grave aún, martirizó injustamente durante casi una década a 27 personas inocentes y a sus familias.
-¿Cómo cree que se fraguó el caso?
-En el año 2010 arranca en Marbella el juicio de la Operación Malaya y en Corcubión, el juez instructor Andrés Lago Louro y el inspector jefe de la UDEF de A Coruña, parecen convencidos de que van a desmantelar una inmensa trama de corrupción política que no tiene precedentes en toda la historia judicial de Galicia. Durante todo ese año, los investigadores se dedican a pinchar los teléfonos de mucha gente de la comarca y a interpretar fantasiosamente las conversaciones grabadas. Así, y sin hacer ni una sola comprobación mínimamente profesional que ampare sus suposiciones, van pinchando nuevos teléfonos y multiplicando el número de presuntos delincuentes que forman parte de la organización criminal. El instructor y el inspector culminan su investigación montando una impresionante intervención policial de cara a la galería, que es tan espectacular que consigue que la Operación Orquesta abra ese día los informativos de todas las televisiones en España.
-¿Por qué pinchan su teléfono?
-Mis abogados defienden que la intervención de mi teléfono es doblemente ilegal. La Audiencia no llegó a pronunciarse sobre ese tema porque, por otras varias cuestiones previas, ya anuló antes todas las escuchas del caso. Pero me estuvieron escuchando ilegalmente durante cuatro meses, a raíz de las conversaciones de dos personas ajenas al Concello de Cee, que dicen que yo estoy «tocado» y que mando mucho en la obra de la CCC. En base a esos comentarios, el policía y el juez dan por hecho, sin investigar absolutamente nada, que soy yo el técnico del Concello de Cee que valora las ofertas de los contratistas en los procesos de adjudicación de las obras municipales. Jamás en mi vida ejercí como técnico municipal en Cee, ni estuve nunca en una mesa de contratación de obras en ese Ayuntamiento, ¡jamás!. No hace falta ser un sabueso investigador para verificarlo. Son hechos muy fácilmente comprobables por cualquiera, solo con entrar en Internet. Y más aún cuando estamos hablando de una obra que llevaba en esos momentos trece años de ejecución, con muchas actas públicas de mesas de contratación realizadas.
-¿De qué le acusan?
-Después se sacan de la manga otra nueva acusación. Aseguran que, como pago por el trabajo sucio que yo hago en esas imaginarias mesas de contratación, el constructor contrata a mi mujer como interiorista para la obra de la CCC. Independientemente de la ignorancia de los investigadores sobre el organigrama facultativo de una obra, este tema quedaría aclarado con solo hacer una consulta en Hacienda o en la Seguridad Social. Además, la acusación tiene un tufillo machista insoportable, porque solo se refieren a la interiorista y no sospechan lo mismo del aparejador o del ingeniero, que también están en la obra formando parte del equipo de la Dirección Facultativa que yo dirijo, y que por supuesto, yo contrato y yo pago.
-¿Cómo se sustancia el caso?
-Yo, ingenuo de mí, pensaba que todo quedaría aclarado inmediatamente después de mi declaración en los juzgados, pero nada más lejos de la realidad. Esas acusaciones se hacen públicas a principios del año 2011 y a partir de ahí, durante dos largos años, el juez estudia concienzudamente el caso más importante de su carrera profesional. Tiene todas las pruebas a su disposición: toda la facturación y la documentación laboral pertinente, todas las actas de las mesas de contratación, todas las declaraciones de imputados y testigos, incluso la del verdadero técnico municipal de Cee que es el que siempre valora las ofertas en todas las mesas de contratación… No existe ni la más mínima duda de que las acusaciones contra mi son completamente falsas. Pues bien, aunque parezca increíble, en abril de 2013, unos días antes de cambiar de destino, el juez Andrés Lago Louro cierra la instrucción volviendo a hacerme exactamente las mismas acusaciones y con los mismos argumentos utilizados en el auto inicial del 2011.
-¿Cómo acaba todo?
-Más adelante cuando la Audiencia anula el auto de cierre de la instrucción y ya no está el juez en Corcubión, me retiran esas falsas acusaciones, pero la fiscal sigue implicándome en el caso como ‘cooperador necesario’. Me acusa de redactar los proyectos de la CCC a medida, para fraccionar el objeto del contrato en fases de menos de 200.000 euros, y así, poder adjudicar las obras en procesos sin publicidad.
Es de sentido común, pero parece que hay que explicarlo: yo soy un arquitecto privado que no tengo nada que ver con la tramitación de la contratación municipal. Me limito simplemente a cumplir con mi obligación profesional de redactar los proyectos que me encarga mi cliente, por el importe que se me indica. Ese importe coincide con el de la subvención que recibe el ayuntamiento de otras Administraciones para ese fin y a veces supera los 200.000 € y otras veces no.
Durante toda la construcción del edificio, desde 1997 hasta el 2015, siempre se hizo de la misma manera, con 4 alcaldes distintos y 6 contratistas diferentes. La mejor prueba de la inconsistencia de esa acusación es que después del shock de la Operación Orquesta, a partir del 2011, con Zaira Rodríguez de alcaldesa y cuando se miraba cada trámite con lupa, se ejecutaron otras 4 fases de obra distintas y todas ellas de menos de 200.000 euros.
-¿Sostiene que había una operación política detrás?
-No lo sé. Y creo que nunca se sabrá con certeza. Unos creen que este caso solo es la consecuencia del desastroso funcionamiento habitual en la Administración de Justicia, otros no tienen duda de que se trata de un montaje judicial diseñado desde el poder político y para algunos, la operación Orquesta es fruto de una mezcla explosiva de intolerables negligencias profesionales con ambiciones personales desmedidas.
-¿Cómo afronta el futuro?
-Intentaré olvidarme de este capítulo tan desagradable y tan doloroso de mi vida. Antes de pasar página, voy a escribir unas reflexiones sobre la Operación Orquesta y se las enviaré a los medios de comunicación que hablaron de mi durante todos estos años, por si quisieran publicarlas. A partir de ahí, me dedicaré a mi trabajo y a mi familia, tratando de que cicatricen las heridas y procurando que mi foto no vuelva a salir en la portada de los periódicos.