04 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
Un mes. Es lo que falta del largo periplo del parador muxián. Tres lustros. Al fin es realidad. Un lugar en el que se podrán vivir grandes sensaciones, adentrarse en un escenario de héroes anónimos, sumergirse en una atmósfera cargada de mitos y leyendas, abrazar los espíritus de los aventureros del mar o respirar y sentir en el rostro el viento atlántico. El parador es el pago de una vieja deuda. Es, en fin, mucho más que un mero hotel.