La reproducción asistida se instala en la Costa da Morte con buena demanda
CARBALLO
Un 10 % del total de nacimientos se consigue con estos procedimientos
03 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Desde principios del pasado mes de abril el centro de especialidades Isabel García cuenta en su equipo con el ginecólogo, Moisés Moreira Pacheco, especialista en reproducción asistida. Los procedimientos son, según dice el experto, rápidos y sencillos. Su entrada en el equipo médico del espacio carballés ha sido muy bien acogida, y hasta allí acuden parejas de toda la comarca de Bergantiños, así como de Cee o Fisterra.
En la actualidad, un 10 % de los nacimientos son fruto de la reproducción asistida. «Un 20 % de las parejas en edad fértil son estériles. Si al año de intentarlo no se ha logrado el embarazo, hay que pensar que hay algún problema y hacerse los estudios pertinentes», apunta el ginecólogo, que añade: «Es muy común que una pareja venga a la clínica y la mujer se haya hecho todas las pruebas, pero el hombre, ninguna, y es fundamental que los dos se examinen». Precisamente, más allá de la edad de la mujer, «un factor fundamental, porque a partir de los 30, pero sobre todo de los 35, es cuando disminuye la fertilidad», la calidad del esperma es determinante. «Los hábitos de vida, la obesidad, el tabaquismo, los tóxicos ambientales... influyen en el semen».
Así, cada pareja es un mundo y cada caso debe ser tratado de forma individual para dar con el mejor tratamiento. «Hay dos formas, por un lado, la más sencilla es la inseminación intrauterina, que está indicada en mujeres hasta los 38 o 39 años. Después, en aquellos casos en los que hay una obstrucción en las trompas, una edad más avanzada o una disminución de calidad del semen, se recurre a la fecundación in vitro. Esto consiste en estimular el ovario para que produzca muchos óvulos y ese mes se extraen con una sedación a la paciente. Ese mismo día los óvulos se fecundan en el laboratorio con el semen de la pareja, se comprueba la fecundación al día siguiente, se dejan evolucionar los embriones durante unos días en el laboratorio, y pasados esos cinco días se ponen uno o dos en el interior del útero», explica Moreira. Asimismo, en otros casos se acude a donaciones de óvulo o esperma. Es precisamente ahí cuando muchas parejas tienen más dudas. «Existe lo que llamamos duelo genético, como efectivamente el óvulo no es de la mujer y la carga genética principal no es de la madre que lo va a gestar, suelen tener dudas. Sin embargo, hay una cosa que se llama epigenética, que es la capacidad que cada mujer tiene de influir en ese óvulo y hacer que se expresen o manifiesten unos genes y no otros. Siempre explico, que un embrión en un útero es totalmente diferente a ese mismo embrión en otro útero porque va a desarrollar unas características según la influencia de la mujer gestante. Esto les da un confort, porque ya tienen la sensación de que sí van a tener mucho que ver en ese bebe».
Mitos y desinformación
En las primeras consultas, el especialista se encuentra con mucha desinformación e ideas preconcebidas. Así, todavía hay quien cree que en España uno puede elegir el físico del donante, o el sexo del bebé. «Lo de si se puede elegir si es niño o niña si se pregunta, y es algo que técnicamente es posible, pero es ilegal en España». Igualmente, aunque no esté fuera de la legalidad, en nuestro país las mujeres mayores de 50 años no pueden someterse a un tratamiento de reproducción asistida. «La Sociedad Española de Fertilidad llegó al consenso de que se establece ese límite por una cuestión ética y de evitar riesgos», explica.
Otra de las ideas que muchos tienen sobre estos tratamientos es que se aumentan las posibilidades de un embarazo gemelar. «Esto depende únicamente del número de embriones que nosotros pongamos en el interior del útero y nuestra indicaciones son que siempre que sea posible hacer una transferencia de los embriones de uno en uno», señala el ginecólogo, que comenta que sí hay quien pide tener gemelos. «En esos casos lo que hacemos es explicar todos los riesgos que existen, ya que este tipo de embarazos aumentan los riesgos. Hay mas riesgo de mortalidad neonatal, de partos prematuros, de estancias en uci, de problemas respiratorios al nacer por inmadurez pulmonar, o problemas de hipertensión o diabetes en la madre».
La pandemia supuso la pérdida de la oportunidad de ser padres para muchas parejas
La llegada de la pandemia supuso el parón de todos los tratamientos de reproducción asistida, tanto en clínicas privadas como en el sistema de salud pública. «Las indicaciones que recibimos en marzo de Sanidade, con el confinamiento y la llegada del primer estado de alarma, fue parar todo. Lamentablemente, eso supuso comenzar después desde cero en todos los casos», indica el ginecólogo, Moisés Moreira. La peor parte se la llevaron aquellas parejas que estaban realizando los procedimientos a través de la Seguridad Social. «El Sergas marca una edad límite para acceder a ellos , y después del parón, muchas parejas ya no entraban en los criterios exigidos porque pasaban de la edad máxima establecida».
Precisamente, Moreira reconoce que su trabajo es muchas veces duro y complicado al no lograr el objetivo. «Cuando ves a parejas con tantas ganas de ser padres y que no lo consiguen es difícil. Sobre todo pasa en mujeres de más de 40 años, ya que en esas edades las posibilidades de éxito oscilan entre un 25 % y un 30 %». En contraposición, en aquellos casos en los que se logra el embarazo, la emoción es máxima. «Cambias la vida de las personas para siempre, porque les ayudas a ser padres».
Entre las patologías más comunes, está el síndrome de los ovarios poliquísticos. «Es una de las más agradecidas porque se diagnostica pronto en mujeres que tienen reglas irregulares, exceso de hormonas masculinas,algunas también sobrepeso, y si conseguimos que ovulen, las probabilidades de embarazo son altas, ya que tienen una reserva ovárica muy buena». Sin embargo, la endometriosis, que afecta a una de cada diez mujeres, es una de las más complicadas. «Es también muy dura a la hora de tratar», aclara el ginecólogo.