«Me niego a pensar que el covid haya podido ser creado en un laboratorio»

Marisa Juanes Carrasco (Madrid, 1991) es doctora en Tecnología Química y forma parte del CiQUS (Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares), que trabaja para desarrollar otra vacuna contra el coronavirus. El último sábado de mayo participó en el programa de aulas científicas que se celebró en el dolmen de Dombate. Allí habló sobre la importancia de la química en la lucha contra la enfermedad. Su trabajo se centró en facilitar un vehículo para el ARN, que es lo que posibilita la síntesis de las proteínas, de la base de vacunas como las de Pfizer o Moderna.

-¿Había pensado que podía haber una pandemia de este tipo?

-La verdad es que no y nos pilló a todos súper desprevenidos. No podía imaginar en estos tiempos que corren una pandemia a nivel mundial. Me ha parecido increíble, que estuviéramos todos en cuarentena, encerrados en casa. Yo tuve la suerte de que nos dieron un proyecto del Carlos III para desarrollar la vacuna y estuve solo un mes en casa y pude ir a trabajar, pero era horroroso ir por la calle y que no hubiera nadie.

-¿Le sorprende que algo así haya ocurrido tan rápido?

-Entiendo que se haya expandido con esa velocidad porque al final está todo el mundo moviéndose, está todo muy globalizado y al ser un virus muy contagioso, es normal que se haya expandido de una manera tan rápida, pero obviamente nadie esperaba algo así...

-¿Podría ser algo que no ha surgido de forma natural?

-Quiero pensar que ha sido un contagio a través del murciélago o del pangolín, no sé ya cuál, pero me niego a pensar que haya podido ser creado en un laboratorio. Ha habido muchísimos muertos en todo el mundo, muchísimos contagios, muchísimas pérdidas económicas...

-¿Pero eso se puede hacer?

-No lo sé. En España no se me ocurre que pudiera pasar eso. En otros sitios que no conozco, no lo sé, pero no lo veo tan claro. No me atrevo a afirmarlo, la verdad.

-¿Las vacunas pueden modificar nuestro ADN?

-La célula tiene diferentes partes y en el núcleo es donde se encuentra el material genético, el ADN. El ARN mensajero es como un manual de instrucciones que tiene como función hacer una proteína y nunca va entrar en el núcleo, su función se desarrolla fuera, por tanto es imposible que modifique nuestros genes. No hay que tener ningún miedo de las vacunas de ARN mensajero. De hecho, nosotros también estamos trabajando en una vacuna que se basa en el desarrollo de ARN mensajero. Lo que cambia con respecto a Pfizer y Moderna es el vehículo que lleva el ARN mensajero dentro de la célula.

-¿Nos tiene que dar igual un sistema u otro?

-Yo estoy dispuesta a que me pongan cualquiera, la verdad, en estos momentos es necesario que todo el mundo se vacune para poder tener normalidad, no la nueva sino la anterior, cuanto antes. La tecnología de las de ARN mensajero es muy sencilla porque es mucho más fácil que trabajar con los virus atenuados o muertos porque, al final, no dejan de ser virus, y necesitas niveles de bioseguridad especiales. Sin embargo, recibir la vacuna, en una emergencia sanitaria mundial debería darnos igual. De todos modos, si puedo escoger, escogeré las de ARN mensajero porque es con lo que estoy trabajando.

-El trabajo que han desarrollado ustedes, esas burbujas de transporte del ARN, son también artificiales y eso preocupa.

-Al final, nosotros trabajamos con moléculas muy pequeñas que son biocompatibles, aunque sean sintéticas, hechas en un laboratorio químico. Hemos hecho un montón de pruebas en ratones, con otros tipos de ARN mensajero, primero. Antes de entrar con el del coronavirus tienes que hacer experimentos con otros para poder demostrar que tu sistema funciona en modelos de ratón y hasta el momento no ha tenido ningún efecto adverso. Son moléculas que su objetivo es llevar el ARN a su sitio y después el organismo ya se encarga de desechar el compuesto, no se queda circulando todo el rato, se acaba eliminando.

«La efectividad de las vacunas es clara»

Marisa Juanes cree que la inmunización tiene que ser general.

-¿Qué le diría a la gente que no cree en las vacunas?

-Creo que se están viendo los resultados, en nivel de mortalidad ha bajado una barbaridad desde que se ha empezado a vacunar, cada vez tenemos más libertades, se han relajado las medidas y no se ve que haya habido un aumento de contagios, quitando el caso de las fiestas de Mallorca, pero es aparte. Se ve que las vacunas están funcionando, la gente mayor ya no está muriendo como antes. La efectividad de las vacunas es clara.

-¿Cómo va su trabajo?

-Estamos pocas personas trabajando en este proyecto y primero comenzamos con ARN mensajero modelo e hicimos muchísimas pruebas. Nos hemos guiado por muchísimas publicaciones científicas. Es muy importante guiarse por estudios bibliográficos que hacen otros grupos de investigación. Hasta el momento tuvimos en una ocasión una señal de un ratón que sí desarrolló anticuerpos contra el coronavirus, pero en nuestro caso no ha sido suficientemente buena como para decir que lo tenemos. Hemos estado perfeccionando a lo largo de este año nuestro modelo y ahora nos encontramos haciendo otra prueba más y a ver si la semana que viene tenemos más éxito y conseguimos que esos ratones se activen y tengan una buena señal de anticuerpos.

-Ahora todo el mundo trabaja contra reloj. ¿Sienten la presión?

-Es un poco estresante en algunas ocasiones. Además, nosotros dependemos de otro centro para poder hacer todos estos ensayos y este año ha habido mucha demanda y no estamos yendo todo lo rápido que nos gustaría.

-¿La ciencia ha sacado algo positivo de la pandemia?

-Se han desarrollado vacunas en un tiempo récord. Es algo que normalmente lleva años. En menos de 12 meses se aprobaron dos rapidísimo, sobre todo las de Pfizer y Moderna, que fueron las primeras.

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